Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos habían dado señales de mejora antes de su detención, pero Washington ha dejado claro que mientras el contratista estadounidense permanezca preso, no habrá avances sustanciales. La ley cubana permitiría una rápida liberación.
La Habana. Si Cuba condenara al contratista estadounidense Alan Gross a 20 años de cárcel, como pidió la fiscalía, podría congelar durante años las relaciones con Estados Unidos, pero hay esperanzas de que una rápida liberación ayude a recomponer los lazos.
Aunque la mayoría de analistas asume que Gross será condenado en un próximo juicio por "delitos contra la seguridad del Estado", muchos dicen que aún está por verse si lo harán cumplir la condena o lo liberarán y enviarán de regreso a casa como han exigido funcionarios estadounidenses.
Gross, de 61 años, ha estado encarcelado en Cuba desde diciembre del 2009 por sospechas de distribuir ilegalmente equipos de comunicación satelital como parte de un programa financiado por Estados Unidos para promover cambios políticos en la isla de Gobierno comunista.
Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos habían dado señales de mejora antes de su detención, pero Washington ha dejado claro que mientras Gross permanezca preso no habrá avances sustanciales. La ley cubana permitiría una rápida liberación.
"Una larga sentencia de prisión frenaría futuros avances en las relaciones de Estados Unidos y Cuba. Condenarlo y liberarlo seguramente mejoraría las relaciones, al igual que nuevas reformas económicas (en Cuba)", dijo Timothy Ashby, un ex especialista en Cuba del Departamento de Comercio basado en Miami.
Varios diplomáticos occidentales en La Habana creen que Cuba liberará a Gross poco después del juicio porque las autoridades cubanas saben lo que está en juego. Pero uno de ellos advirtió: "Hasta que eso ocurra, todo es posible".
Gross fue acusado la semana pasada y la fiscalía dijo que pediría 20 años de cárcel en un juicio previsto en breve. Una fuente cercana a la comunidad judía de Cuba dijo conocer a un testigo cubano que fue llamado a declarar en marzo.
El gobierno de Estados Unidos ha dicho que Gross, especializado en proyectos de desarrollo, estaba simplemente proveyendo acceso a Internet a grupos judíos en Cuba, algo que no es considerado un delito en otros países.
"Mercenario”. Pero un video filtrado la semana pasada muestra que las autoridades cubanas ven los esfuerzos de Estados Unidos de proveer libre acceso a Internet en la isla como otro campo de batalla en la hostil campaña de la "contrarrevolución", apoyada por Washington para socavar el Gobierno comunista.
En el video, un experto en redes del Gobierno cubano dice a oficiales del Ministerio del Interior que Gross era un "mercenario" comparable con los exiliados cubanos apoyados por la CIA que participaron en la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
Funcionarios cubanos sugirieron en el pasado que Gross era sospechoso de espionaje, algo que Estados Unidos ha negado. No está claro de qué lo acusan exactamente, pero fuentes cercanas al caso dicen que los cubanos han indicado que ya no ven sus actividades como espionaje.
Un funcionario del Departamento de Estado estadounidense expresó el mes pasado "prudente optimismo" de que Gross sería liberado pronto.
Pero los cargos presentados la semana pasada y la posible dura condena, apenas el día después de que el funcionario del Departamento de Estado expresara optimismo, sorprendieron e irritaron a la Casa Blanca, que suavizó algunas restricciones de viaje y envío de remesas a Cuba.
Analistas dicen que funcionarios estadounidenses no deberían haberse ilusionado con una salida fácil y que la posición dura de Cuba no implica necesariamente que pretenda mantener a Gross preso por mucho tiempo.
Cuba podría estar simplemente subrayando su descontento con las políticas de Estados Unidos y estaría usando el juicio para exponer ante el mundo las actividades de Washington en la isla, dijeron.
Algunos creen que Cuba siente que podría ganar más si libera a Gross y da un ejemplo en el largo conflicto bilateral.
"Una sentencia seguida por una condena conmutada permitiría a La Habana mostrar dureza hacia el Gobierno de Estados Unidos y magnanimidad hacia la familia de Gross", dijo Phil Peters, un experto en Cuba del Lexington Institute en Arlington, Virginia.
Gross al parecer padece de problemas de salud y su hija de 26 años tiene cáncer de mama. Su esposa Judy ha apelado a Cuba a que lo libere por razones humanitarias.
Funcionarios estadounidenses han expresado esperanzas de que sea liberado este mes, cuando su hija será sometida a cirugía.
¿Violó la ley cubana? El peligro para Gross es que Cuba podría sentir que mostrarle a Estados Unidos que sus políticas "subversivas" tienen un precio es estratégicamente más útil que los potenciales resultados positivos de una rápida liberación.
Cuba también podría ver a Gross como una posibilidad de negociar la liberación de cinco agentes suyos presos en Estados Unidos, aunque observadores creen que el canje es improbable.
La expectativa de que Gross sea hallado culpable se basa en la presunción de que el juicio será fuertemente influenciado por el Estado cubano.
Sin embargo, algunos analistas dicen que las actividades de Gross podrían haber violado las leyes cubanas dirigidas a frenar el tipo de programas estadounidenses "pro democracia" como en el que él estaba involucrado.
"Por lo que sé del caso y la validez de los cargos, él lamentablemente ha violado la ley cubana", dijo Ashby.
Algunos observadores creen que Gross podría declararse culpable, pero su abogado, Peter Kahn, dijo la semana pasada que declaró todo lo que le fue requerido cuando entró a Cuba y era una víctima de "50 años de confusión en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba".