En una ceremonia de 70 minutos, ante 2.500 invitados y con discursos del presidente Santos y “Timochenko”, Gobierno y Farc ratifican hoy en Cartagena el Acuerdo para la construcción de una paz estable y duradera.
Durante muchos años, con varias generaciones encima, había sido improbable escribir esta noticia: hoy se firma la paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc. Durante 50 años, o 60 —nadie lo tiene claro, porque la violencia en Colombia se pierde en la noche de los últimos tiempos—, las Farc fueron el principal objetivo militar de gobiernos y Fuerzas Armadas, con el inocultable apoyo de Estados Unidos. Pero no hubo vencedores ni vencidos y, como corresponde, toda guerra concluye en una paz negociada. (Vea aquí el especial "A construir la paz")
El último capítulo lo protagonizó el gobierno de Juan Manuel Santos, pero la idea de buscar una salida política en vez de una guerra eterna comenzó hace 34 años, cuando el presidente Belisario Betancur habló de paz. Por eso se puede decir que hoy concluye una secuencia de intentos fallidos por alcanzarla, en los que cada quien aportó lo suyo, sin resultados definitivos. Esta vez fue posible a través de una negociación inteligentemente conducida, aunque la historia dirá también que las Farc dieron el paso porque los saldos de la guerra ya eran insostenibles.
Quedan muchas heridas que se necesita cerrar a través de un largo posconflicto, con una primera estación de tensos alcances: la fase de la justicia transicional, en la que se espera que las víctimas tengan verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Es una larga confrontación entre Estado e insurgencia, llena de excesos por parte de ambos frentes y de otros actores ilegales, que degradaron el conflicto, y por eso quedan cabos sueltos que Colombia tendrá que atar para que la paz sea de verdad estable y duradera.
La noticia es tan importante y tan esperada por los colombianos que el mundo entero está expectante del momento cumbre que se lleva a cabo hoy, a las 5:00 de la tarde, en el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena. Quince jefes de Estado han confirmado su presencia, entre ellos el cubano Raúl Castro, cuyo país acogió durante casi cuatro años los diálogos; el rey Juan Carlos, de España; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; su homólogo de la OEA, Luis Almagro; los presidentes del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; así como el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Además de 26 cancilleres, los exmandatarios José Mujica, de Uruguay, y Ernesto Zedillo, de México; el expresidente del gobierno español Felipe González, y el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, también confirmaron su presencia, al igual que representantes de las víctimas del conflicto. Y, por supuesto, el máximo líder de las Farc, Timoleón Jiménez, junto con otros miembros de la cúpula de esa guerrilla. Habrá discursos de lado y lado, y una oración, hacia el mediodía, “por la reconciliación de todos los colombianos”. La noticia que se esperó por tanto años está confirmada: llegó el día de la paz.