El gobierno había aprobado en julio, con los votos de los centristas, una reforma que permite a los municipios prohibir la mendicidad a nivel local, el primer paso para una prohibición nacional, que hasta hace unos días apoyaba esta formación.
Copenhague. El gobierno conservador noruego paralizará su polémica reforma legal para prohibir la mendicidad en todo el país después de que el Partido Centrista le retirara este jueves su apoyo, imprescindible para aprobarla en el Storting (Parlamento).
El secretario de Estado de Justicia, Vidar Brein-Karlsen, confirmó a medios digitales noruegos que su departamento no seguirá adelante con la reforma, que estaba en fase de consulta hasta mediados de mes para luego pasar al Parlamento.
Sin el apoyo centrista el proyecto no podía prosperar, ya que cristianodemócratas y liberales, aliados externos del gobierno en minoría de conservadores y ultranacionalistas, se oponen.
La iniciativa defendía una prohibición nacional de la mendicidad organizada o en su defecto una prohibición general, con multas y penas de hasta un año de cárcel, para quienes ayuden a los mendigos.
"Castigar la colaboración con la mendicidad no es aceptable. No puede ser punible darle a la gente ropas, comida o alojamiento", declaró hoy Marit Arnstad, líder parlamentaria de los centristas tras una votación de su grupo de diputados en el Storting.
El gobierno había aprobado en julio, con los votos de los centristas, una reforma que permite a los municipios prohibir la mendicidad a nivel local, el primer paso para una prohibición nacional, que hasta hace unos días apoyaba esta formación.
Arnstad defendió el cambio citando la propia propuesta, en la que se admite que la legislación actual es un buen instrumento para combatir el tráfico de personas.
Mientras los opositores a la reforma se felicitaron por el giro del Partido Centrista, otros, como el ultranacionalista Partido del Progreso, acusaron a esa formación de romper su acuerdo.
Restaurar la prohibición nacional, abolida en 2005, ha sido un asunto central para conservadores y ultranacionalistas, apelando a que la mendicidad se ha vuelto más agresiva y que han aumentado delitos como el tráfico de seres humanos.
Presionado por la derecha, el anterior Ejecutivo noruego rojiverde había aprobado en 2013 que los municipios fijasen condiciones para pedir en lugares públicos y que la policía hiciese registros de mendigos.
Varios juristas eminentes han mostrado dudas y críticas sobre la reforma, que la Defensora del Pueblo Contra la Discriminación, Sunniva Ørstavik, calificó de discriminatoria y contraria a los compromisos de Noruega en materia de derechos humanos.