"Vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos, interesados por Cristo o en busca de la verdad que dé sentido genuino a su existencia", dijo Benedicto XVI en un discurso interrumpido en ocasiones por la multitud allí reunida con gritos como "Esta es la juventud del Papa".
Madrid. El papa Benedicto XVI llegó este jueves a mediodía a Madrid en una visita de cuatro días con motivo de Jornada Mundial de la Juventud, que ha reunido a cientos de miles de jóvenes católicos de más de 190 países en la capital de España.
Los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, recibieron al sumo pontífice a pie de la escalerilla del avión en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Madrid-Barajas.
Inmediatamente después, los jefes de Estado de España y el Vaticano escucharon los respectivos himnos e iniciaron un recorrido por la alfombra roja hasta el Pabellón de Estado, donde saludaron a los autoridades civiles y eclesiásticas con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la cabeza, antes de proceder a los discursos de bienvenida.
"Vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos, interesados por Cristo o en busca de la verdad que dé sentido genuino a su existencia", dijo Benedicto XVI en un discurso interrumpido en ocasiones por la multitud allí reunida con gritos como "Esta es la juventud del Papa".
El pontífice se refirió a la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperante a la que se enfrentan los jóvenes en el mundo de hoy, y dijo que, sin Dios, era difícil "sería arduo afrontar esos retos".
"La Jornada Mundial de la Juventud nos trae un mensaje de esperanza, como una brisa de aire puro y juvenil, con aromas renovadores que nos llenan de confianza ante el mañana de la Iglesia y del mundo", dijo bajo un nublado cielo de Madrid cuyas altas temperaturas veraniegas se aliviaron un poco gracias a una ligera lluvia matutina.
"Que nada ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis del Señor", exhortó a los jóvenes el sumo pontífice de los católicos, que está en su tercera visita a España como papa.
Después de la ceremonia, en la que participaron 56 niños españoles vestidos con los uniformes de la famosa Guardia Suiza del Vaticano, Joseph Ratzinger se subió al 'papamóvil' para recorrer la distancia hasta la Nunciatura Apostólica, su residencia en Madrid, en una travesía plagada de peregrinos que esperaban desde hacía horas poder ver al Papa de cerca.
Madrid ha quedado bloqueado ante la visita pastoral, con cortes de tráfico y un despliegue policial de 10.000 agentes, que incluirá más de 300 actividades culturales y religiosas y una docena de encuentros con el Papa para los cientos de miles de peregrinos que se han dado cita en la capital española.
Por la tarde, los jóvenes de la JMJ darán la bienvenida oficial al Papa en la céntrica Plaza de Cibeles, el primer gran acto de un programa que incluye un Vía Crucis en el Paseo de Recoletos el viernes y una Vigilia el sábado en el aeródromo de Cuatro Vientos.
Bajo el lema "Arraigados y edificados en Cristo. Firmes en la fe", la XXVI Jornada Mundial de la Juventud se prolongará hasta el domingo, cuando culminará con una misa en Cuatro Vientos a la que se espera que acudan entre un millón y dos millones de personas.