Así lo afirmó el abogado sudafricano Brian Currin, que opera como “facilitador”, quien indicó que “creo que todo este proceso de paz lo veremos culminar en los próximos dos años”.
Bilbao. El proceso de paz que pondría fin a cinco décadas de lucha armada de ETA podría culminar en dos años, según el abogado sudafricano Brian Currin, implicado desde 2006 en la resolución del conflicto como "facilitador".
Currin, que participó en los procesos de paz de Irlanda del Norte y Sudáfrica, ha creado un grupo de expertos, denominado Grupo Internacional de Contacto, para estimular el diálogo entre quienes son afines a ETA y otras facciones.
Aunque el grupo no es un mediador formal y no está reconocido por el gobierno, Currin dice que espera ver signos de apertura hacia un fin negociado del conflicto.
"Creo que todo este proceso de paz lo veremos culminar en los próximos dos años. (...) A su debido tiempo habrá un fin de la fase armada que traerá realmente la paz al País Vasco", afirmó.
"Ese final tendrá que llegar un día. La cuestión es cómo llegamos ahí, tenemos que encontrar la manera de llegar ahí. Puede haber personas, como ha pasado en Irlanda, que no entran al barco de esta corriente mayoritaria, igual pasa aquí también, pero si pasa será un grupo insignificante", dijo Currin a Reuters el martes por la noche.
El grupo está formado por personas con amplia experiencia en procesos de paz como Nuala O'Loan, actualmente embajadora de Irlanda para la resolución de conflictos; Alberto Spektorowski, consultor del ex ministro de Asuntos Exteriores y el Ministro de Defensa Publica de Israel Shlomo Ben-Ami, o expertos en Seguridad como Raymond Kendall, quien fue secretario general de Interpol entre 1985 y 2000.
El mes pasado, ETA, que mató a más de 850 personas en más de medio siglo, declaró un alto el fuego permanente, lo que despertó las esperanzas de paz en una región en la que habitualmente políticos y académicos, entre otros, han llevado escolta por estar amenazados.
Sin embargo, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero rechazó el alto el fuego, diciendo que ETA debe desarmarse y disolverse.
Otros partidos políticos también consideran que el alto el fuego es un intento de ETA para que su brazo político obtenga un estatus legal.
Cautela del gobierno. El gobierno socialista, que con la ayuda de la policía francesa y portuguesa ha puesto a ETA contra las cuerdas, a través de detenciones e incautando arsenales, ha dicho que no necesita un mediador.
Rodríguez Zapatero, que ahora tiene ventaja ante el declive de apoyos a ETA en el País Vasco, seguirá negándose previsiblemente a negociar con la banda, que ha roto otras treguas en el pasado.
"Sabemos que Madrid tiene una línea dura sobre mi trabajo y el de los mediadores, pero puedo decir que no están del todo insatisfechos o descontentos con el proceso que se está dando en el País Vasco en el último año", dijo Currin.
Currin dijo que el próximo paso es que el partido político Sortu sea reconocido legalmente y sus candidatos puedan concurrir a las elecciones locales.
Sortu es el nuevo partido de Batasuna, ilegalizada por sus vínculos con ETA, cuyos estatutos presentados recientemente han rechazado la violencia de la banda armada.
No obstante, aún afronta una dura batalla ya que debe demostrar ante el Tribunal Supremo que se ha alejado completamente de ETA, y es poco probable que sea legal antes de las elecciones locales de mayo.
Currin cree que las asociaciones de víctimas y el Partido Popular, de centroderecha, han adoptado una postura muy radical contra Sortu. Y si el PP, que según todas las encuestas ganaría las elecciones, llega al poder el próximo año el proceso de paz se podría complicar.
Más de 500 miembros de ETA están en prisión y Currin reconoció que hay mucho trabajo por hacer para que las traumatizadas víctimas acepten la liberación de un preso dentro de un acuerdo de paz.
"Puede ocurrir que en el proceso de paz, las víctimas se pueden sentir víctimas del proceso de paz, pero pueden tener la seguridad de que serán las últimas víctimas, que no habrá ni una más, nunca más", concluyó.