El presidente Mauricio Funes, que llegó al poder en 2009 postulado por la ex guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nombró el martes al General retirado David Munguía, que ocupaba el cargo de ministro de la Defensa.
San Salvador. El nombramiento de un militar como nuevo ministro de Seguridad levantó polémica en El Salvador, en momentos en que el país tiene una de las tasas más altas de homicidios en el mundo, pero donde muchos aún recuerdan los abusos del Ejército en la guerra civil.
El presidente izquierdista Mauricio Funes, que llegó al poder en 2009 postulado por la ex guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nombró el martes al General retirado David Munguía, que ocupaba el cargo de ministro de la Defensa.
Es la primera vez que un militar ocupa un cargo de Seguridad desde la firma de los Acuerdos de Paz, que puso fin a 12 años de guerra civil (1980-1992) en la que el FMLN se enfrentó al Ejército salvadoreño.
"David Munguía Payés es un hombre de mi mayor confianza, un militar en situación de retiro que ha merecido un reconocimiento de la sociedad civil por su desempeño en la Fuerza Armada durante los dos años y medio que tiene mi mandato", dijo Funes.
Munguía, considerado un militar moderado y desligado a crímenes de guerra, fue nombrado en el cargo luego de la no esclarecida renuncia de Manuel Melgar, un ex guerrillero de una de las organizaciones que conformaron el FMLN en la guerra.
Pese a la insistencia del mandatario en reconocer "su profunda convicción" democrática, los críticos aseguran que su designación vulnera la Constitución y los Acuerdos de Paz.
ENTRE CRITICAS Y APLAUSOS
El conflicto armado entre el Ejército, que estuvo financiado por Estados Unidos, y el FMLN dejó un saldo de 75,000 muertos y 8,000 desaparecidos. Muchos de estos casos fueron atribuidos a las fuerzas armadas, según dijo en 1993 una comisión de la verdad.
"La designación de un militar es, sin duda alguna, una vulneración a la Constitución de la república y más aún al espíritu de la desmilitarización que está previsto en los Acuerdos de Paz", dijo a Reuters el procurador adjunto de derechos humanos, Salvador Menéndez.
En el mismo sentido, miembros del oficialista FMLN rechazaron el nombramiento del General y habían pedido al mandatario que al frente del cargo se mantuviera un civil.
Mientras tanto, grupos conservadores de derecha aplaudieron el nombramiento de Munguía ya que consideran que aplicará mano dura a los delincuentes.
El Salvador, que ocupa segundo lugar después de Honduras entre los países con la mayor tasa de homicidios según Naciones Unidas, atraviesa una ola de violencia que provoca 12 muertes diarias en promedio atribuidas a las pandillas que a menudo operan bajo las órdenes de los cárteles mexicanos.
Funes salió al paso de las críticas y dijo que "nadie con buena intención piense que este nombramiento podría implicar una militarización de la seguridad pública ni tampoco un retroceso en cuanto al espíritu de los Acuerdos de Paz".
Munguía se comprometió a respetar la Constitución y los derechos humanos.
"Me comprometo a respetar la Constitución, los principios democráticos, los derechos humanos y conducir la seguridad pública con el carácter civilista, tal como lo establece la Constitución y priva en los Acuerdos de Paz", afirmó.