El presidente salvadoreño anunció este miércoles que reforzará el sistema de control en las cárceles y que desplegará más militares en las calles en un nuevo intento para contrarrestar la ola de homicidios atribuida a las violentas pandillas que operan en el país centroamericano.
San Salvador. El presidente salvadoreño anunció el miércoles que reforzará el sistema de control en las cárceles y que desplegará más militares en las calles en un nuevo intento para contrarrestar la ola de homicidios atribuida a las violentas pandillas que operan en el país centroamericano.
Salvador Sánchez Cerén dijo que entre las medidas impulsadas por su gobierno está la declaración del estado de emergencia en siete cárceles, a donde a los cabecillas de las pandillas se les ha prohibido toda clase de visitas, la supresión de derechos ambulatorios y la comunicación durante 15 días.
El mandatario también informó que reforzará el despliegue de las Fuerzas Armadas en todo el empobrecido país, para lo cual se contratará a 1.000 soldados de la reserva experimentada del Ejército para controlar los territorios dominados por las pandillas, conocidas como "maras".
"Ante esta violencia irracional estamos obligados a pasar a otros niveles de respuesta, a tomar medidas urgentes, de carácter extraordinario, con el fin de garantizar seguridad, tranquilidad a todos los salvadoreños", expresó en cadena nacional.
Sánchez Cerén también adelantó que el jueves presentará al Congreso un pliego de 14 medidas que buscan mayor control en las cárceles, desde donde los líderes ordenan asesinatos y cometer extorsiones.
El Salvador atraviesa por niveles históricos de violencia, superiores a los registrados en los años de la guerra civil, que dejó 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.
Cifras oficiales indican que durante el primer trimestre del año, los homicidios subieron un 100% respecto al mismo período del año pasado, para llegar a 1.946 asesinatos.
Voceros de la pandilla Mara Salvatrucha y su rival el Barrio 18 prometieron reducir los homicidios a cambio de no implementar las medidas planteadas por el Gobierno, sin embargo, las autoridades aseguraron que no pactaran con ellos.
El presidente Sánchez Cerén también solicitó a los diputados de la Asamblea Legislativa que aprueben un préstamo por 1.200 millones de dólares para reforzar las labores de seguridad.