Hasta este viernes, el presidente venezolano sólo se había referido a la situación libia en Twitter, donde afirmó "Viva Libia y su Independencia! Kadafi enfrenta una guerra civil!!". Algunos analistas creen que teme al contagio, pero Hugo Chávez sigue siendo el político más popular de Venezuela.
Caracas. Hugo Chávez, el líder venezolano conocido por sus elocuentes declaraciones, ha estado particularmente callado ante la revuelta desatada en Libia contra su cercano amigo y aliado Muammar Gaddafi.
Chávez, que suele reaccionar rápidamente ante cualquier crisis global, envió un mensaje por Twitter pero casi ni mencionó el levantamiento contra un hombre al que en el pasado agasajó con regalos, premios y locuaces elogios por considerarlo un colega revolucionario.
Algunos opositores creen que la actitud del presidente venezolano demuestra el temor de que la oleada de protestas contra los líderes autoritarios del norte de Africa y Oriente Medio se extienda hacia América Latina y ponga en riesgo su mandato de 12 años.
Sin embargo, hay pocas señales reales sobre un naciente movimiento masivo de resistencia. Por el contrario, la oposición se está preparando tranquilamente para las primarias de fin de año antes de las elecciones presidenciales de 2012 en la nación sudamericana.
Los funcionarios de Chávez parecen no tener miedo, aunque se movieron con sorprendente pragmatismo esta semana para negociar con estudiantes que realizaban huelgas de hambre y otorgarles concesiones para evitar que una protesta de tres semanas se convirtiera en un problema mayor.
Y si bien sus índices han caído, la economía está en apuros y sus oponentes lo acusan de ser cada vez más dictatorial, Chávez sigue siendo el político más popular de Venezuela, país miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
"No creo que la crisis en Oriente Medio se transfiera a Venezuela en el corto plazo. No existen las condiciones en este momento", dijo el analista venezolano Diego Moya-Ocampos, del grupo de estudios internacional IHS Global Insight.
Más que un efecto dominó a raíz de las revueltas árabes, la votación presidencial del año próximo aparece como un potencial punto de quiebre para Venezuela, dicen analistas y diplomáticos.
Si la oposición, que está cada vez más confiada desde que ganó la mitad de los votos populares en la elección parlamentaria de 2010, considera que ha sido traicionada, podría revivir el tipo de protestas que la ayudaron a provocar un sangriento golpe de Estado de 48 horas contra Chávez en 2002.
El trauma de ese golpe dejó heridas y lecciones a todas las partes: Chávez radicalizó su gobierno y prometió nunca volver a exponerse de esa manera, la oposición dejó al descubierto su inmadurez política y el ejército demostró ser un factor crucial primero en la salida del presidente y luego en su regreso.
En otro escenario, si Chávez pierde la elección de 2012, podría resistirse a dejar el poder.
"Veo a la elección como una amenaza para la estabilidad más en Venezuela que en Libia y Egipto", dijo un diplomático basado en Caracas.
"Pero tenemos que ser honestos, nadie logró predecir la caída del comunismo y ahora la caída de los dictadores árabes, por eso aquí estamos en el reino de lo impredecible", agregó.
Amistad “vergonzosa”. Al igual que Occidente enfrentó un dilema por Oriente Medio -atrapado entre el apoyo al clamor por la democracia en las calles y las alianzas de varias décadas con autoritarios líderes árabes en nombre de la estabilidad-, Chávez se encuentra ante una paradoja.
El militar retirado de 56 años, que lideró un fallido intento de golpe antes de ganar el poder en las elecciones de 1998, se ha presentado como un defensor de los movimientos populares, pero también como un aliado incondicional de los líderes árabes, especialmente de Gaddafi.
Chávez rompió su silencio sobre Libia este jueves tarde con un breve mensaje a través de Twitter, en el que declaró: "Viva Libia y su Independencia! Kadafi enfrenta una guerra civil!!".
Su ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, también eligió sus palabras cuidadosamente, pidiendo el fin de la violencia y repitiendo la acusación del cubano Fidel Castro, que dijo que Estados Unidos estaba intentando crear las condiciones para justificar una invasión a Libia.
"El principal objetivo de la invasión a Libia es el mismo que tenía Bush: el petróleo. Para llevarse el petróleo, desgajar a Libia en 20 pedazos y quitarle a la OPEP uno de sus puntales fundamentales", dijo en referencia a la guerra del ex presidente estadounidense George W. Bush en Irak.
Canales árabes han reportado rumores de que Gaddafi y su familia podrían buscar asilo en Venezuela. Las especulaciones fueron rechazadas por ambos países e indignaron a los opositores de Chávez, que dicen que su amistad con el líder libio es una vergüenza internacional.
"Es vergonzoso para Venezuela que sostenga la espada y la orden de nuestro 'Libertador'", dijo el diario opositor TalCual en un editorial el viernes, en referencia a la réplica de la espada del héroe de la independencia Simón Bolívar que Chávez le regaló a Gaddafi.
Aunque Chávez tenga varios rasgos autoritarios, desde sus interminables discursos diarios y persecuciones legales de los oponentes hasta las sorpresivas nacionalizaciones anunciadas por televisión y su estilo personalista, las comparaciones directas con el jefe de Estado árabe son forzadas, dicen los analistas.
Después de todo, ha ganado más de una decena de elecciones en Venezuela y aún comanda un apoyo mucho mayor que cualquiera de sus potenciales rivales en las elecciones del año próximo.
Sus seguidores argumentan que la revolución en Venezuela ya se concretó cuando Chávez llegó al poder, acabando con una vieja elite que no mostraba ningún interés por los pobres.
Los venezolanos son fanáticos usuarios de las redes sociales y el gobierno no censura abiertamente el acceso a internet, aunque la oposición lo acusa de tener asesores cubanos para aprender cómo interrumpir o restringir el servicio si fuera necesario.
A pesar de que los eventos en Oriente Medio son obviamente incómodos para Chávez, al menos tiene una razón para sonreir: el precio del petróleo.
Con la economía venezolana altamente dependiente de las exportaciones de petróleo, el último incremento a más de US$100 el barril podría garantizarle una pequeña recuperación luego de dos años de recesión.
Y también podría reforzar los fondos de Chávez para la elección.
Los analistas del Royal Bank of Scotland Siobhan Morden y Raza Agha dijeron que los mayores ingresos del petróleo brindarían una "protección a corto plazo" a Chávez.
"Mientras que continúa el dominó en Oriente Medio, con revueltas sociales contra regímenes autoritarios, aún no hay señales de contagio en Venezuela", puntualizaron.