Si bien Dilma Rousseff lideró la votación de este domingo en Brasil, el escenario que entregan los resultados conocidos es bastante complejo para el Partido de los Trabajadores.
Varias cosas pasaron en Brasil. Primero, que la presunta candidata sorpresa no fue tal, y el mundo entero asistió al desvanecimiento electoral de Marina Silva. Segundo, que la distancia que obtiene la presidenta Dilma Rousseff sobre el segundo, el senador Aécio Neves, es bastante menor a lo que auguraban las encuestas. Y tercero, que un eventual pacto entre la ecologista Silva y el socialdemócrata Neves puede poner en aprietos a la mandataria.
Según los cómputos entregados este domingo por la autoridad electoral brasileña, considerando el 97,01% de los votos escrutados, la presidenta Rousseff sumó 41,29% de las preferencias. En el segundo lugar llegó Aécio Neves, con 33,89%. Tercera, y bastante lejos de los dos principales, la ecologista apoyada por el Partido Socialista Brasileño, Marina Silva, con el 21,25%.
Ninguna encuesta había previsto una llegada tan estrecha entre Rousseff y Neves. De hecho, la mayoría de los sondeos daba por sentada una disputa voto a voto entre el presidente del Partido Socialdemócrata y la candidata del Partidos Socialista, dejando a Rousseff en una solitaria, cómoda y tranquila primera posición. El escenario que entregan los resultados conocidos es bastante complejo para el Partido de los Trabajadores.
Impresionante repunte. Tras la campaña más agitada en Brasil en décadas, el énfasis de Neves en un “cambio seguro” y sus buenas credenciales como gobernador del Estado de Minas Gerais por dos períodos, convencieron a un número suficiente de votantes de que él era la apuesta más segura para reemplazar a Rousseff. El repunte de Neves, quien llamó en las últimas jornadas a aportarle un “voto útil”, coincide con los últimos debates presidenciales.
Pese a la desaceleración en que cayó Brasil, Rousseff sigue siendo muy popular en los sectores más pobres. En la contienda para la segunda vuelta, que se disputará el 26 de octubre, se enfrentarán el énfasis de la mandataria en los robustos programas sociales y la intervención del Estado en la economía contra la visión de Neves de un mayor comercio y de un Estado más austero. El apoyo a Silva se desinfló ante acusaciones de volatilidad en temas como el sistema tributario y el matrimonio homosexual. Aun así, ella puede jugar un rol central en la segunda vuelta.