Los negocios informales afloraron cerca de los recintos electorales, donde las filas se dieron tanto junto a las mesas de votaciones como en algunos lugares de comida y de plastificado de los certificados de votación.
Quito, EFE. La cita de los ecuatorianos este domingo en las urnas para elegir presidente, vicepresidente y legisladores fue también un encuentro con los olores y sabores de la tierra, por el enjambre de vendedores ambulantes con ofertas que hacen rugir el estómago.
Los negocios informales afloraron cerca de los recintos electorales, donde las filas se dieron tanto junto a las mesas de votaciones como en algunos lugares de comida y de plastificado de los certificados de votación.
En el ambiente, además del clima electoral, se sentía el aroma de manjares de la tierra, todo ante la atenta mirada de policías y militares desplazados a los distintos centros de votación del país.
Como ya es costumbre en este tipo de jornadas, un ejército de vendedores ambulantes se tomó las calles aledañas a los recintos electorales, con diversas ofertas culinarias, como el hornado (cerdo horneado), el encebollado (pescado cocido con yuca y cebolla) y los jugos (zumos) de papaya, tomate de árbol y otras frutas.
También ofrecían el "chulpi chocho" (maíz tostado con altramuces), las naranjas peladas y trozos de frutas como sandía adobadas con merengue dulce.
"Venga, venga, aquí el hornado electoral" gritaba Gloria, una vendedora en un recinto en la parroquia Cotocollao, un populoso barrio del norte de Quito, cuya plaza central se convirtió hoy en un conglomerado de votantes y vendedores.
Con variantes culinarias y otras ofertas, la tónica ha sido similar en los diferentes recintos electorales de la capital, que se repite en casi todas las ciudades del país.
La aglomeración de gente congestionó las calles y creó un caos en el tráfico en varios sectores de Quito, lo que fue aprovechado por los informales para ofrecer a los conductores detenidos en el atasco desde refrescos hasta bisutería.
En las esquinas de los recintos electorales, estratégicamente ubicadas, pequeñas mesas plastificaban el certificado de votación que reciben los electores tras ejercer el voto y que es un documento requerido para realizar varios trámites.
Los "emplasticadores" ofrecían el servicio en entre 25 y 50 centavos de dólar, dependiendo de la calidad del plástico, aunque muchos electores también aprovecharon la oferta para proteger otros documentos.
El propio mandatario, Rafael Correa, quien se presenta a la reelección, volvió hoy al recinto electoral cuando ya estaba en la puerta, rodeado de decenas de cámaras y de simpatizantes, para plastificar su certificado tras el voto.
Algunos de los "emplasticadores", como plus de sus ofertas, también mostraban copias no válidas de papeletas de la votación presidencial, para que los electores que llegaban a los recintos tengan una idea del sitio en el que se encontraban los candidatos.
"Lucio (Gutiérrez) es el primero y Correa el último de la fila", comentó uno de esos vendedores a transeúntes que se acercaban a ver las copias de las papeletas para tener una idea de cómo agilizar el ejercicio del voto.
El ex presidente Gutiérrez aparece en la primera casilla de la papeleta, seguido por el magnate bananero Alvaro Noboa, el pastor evangélico Nelson Zavala, el izquierdista Alberto Acosta, el exbanquero Guillermo Lasso, los independientes Mauricio Rodas y Norman Wray, y por último Correa.
Al momento de votar, algunos electores se preguntaban si el marcador de tinta proporcionado para indicar las preferencias podía manchar la papeleta y eventualmente anular el voto, mientras los miembros de las juntas de recepción de los sufragios se esmeraban en descartar esa posibilidad.
Algunos electores, sin embargo, tras marcar sus votos, soplaban las papeletas para secar las marcas y evitar una posible mancha.
Las votaciones terminarán a las 17.00 hora local (22.00 GMT) y con ellas también la venta ambulante, mientras los electores vuelven a sus casas para esperar los primeros resultados.