"Los años de kirchnerismo los viví muy bien", dijo Luis Joaquín Caro, de 21 años, refiriéndose a la etapa previa a los casi cuatro años de recortes de gastos y duras medidas de austeridad bajo el presidente Mauricio Macri.
Buenos Aires. Luis Joaquín Caro, quien tenía tan solo dos años cuando Argentina sufrió el último default en el 2001, no dudó en elegir al candidato opositor Alberto Fernández en las elecciones primarias.
"Los años de kirchnerismo los viví muy bien", dijo Caro, de 21 años, refiriéndose a la etapa previa a los casi cuatro años de recortes de gastos y duras medidas de austeridad bajo el presidente Mauricio Macri.
"Hoy día no es así," agregó el joven, proveniente de una familia trabajadora de Buenos Aires.
Caro dice que siempre vio como unos campeones de los trabajadores a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su difunto esposo, el presidente Néstor Kirchner, cuyos mandatos consecutivos abarcaron de 2003 a 2015.
Fernández de Kirchner, una figura que polariza al país, es candidata a vicepresidenta en la fórmula de Alberto Fernández. Su aplastante victoria sobre Macri en las primarias sorprendió a los encuestadores y conmocionó a los empresarios.
El resultado hizo caer en picada a los mercados argentinos en medio de los crecientes temores sobre una repetición del "kirchnerismo", una etapa en la que Argentina tenía controles de divisas y otras políticas intervencionistas.
Los sentimientos de Caro son un ejemplo de la oleada de apoyo a Fernández que hay entre los votantes más jóvenes, algo que, aunque no fue del todo inesperado para los encuestadores, sí les sorprendió por su magnitud.
Para Caro y muchos otros votantes más jóvenes, el dolor que rodeó la crisis de 2001 fue eclipsado por generosos beneficios sociales y subsidios bajo los Kirchner, que ayudaron a sacarlos de la pobreza después de la crisis presupuestaria que desencadenó el incumplimiento de la deuda.
"Los años de kirchnerismo que viví durante mi infancia los viví muy bien y quizás en ese momento no me daba cuenta", dijo Lucila Servelli, de 16, quien votó por primera vez el domingo, aunque el voto es voluntario para los jóvenes de 16 a 18 años.
"Comparándolo con ahora, cambiaron muchas cosas. En mi familia tuvimos que dejar de lado gustos y lujos que nos dábamos por el tema de la plata", agregó.
Temas sociales. Los jóvenes votantes tienen mucho menos en común con Macri, cuyo mandato se ha centrado en las reformas de libre mercado al estimular la inversión extranjera y una recuperación económica prometida que no se materializó, dijo el analista político Julio Burdman.
Macri está cargado con una imagen de alto desempleo, especialmente entre los más jóvenes, agregó. Y, encima, los salarios se han erosionado significativamente. Ese es un dolor extra para los votantes jóvenes, que son nuevos en el mercado laboral y sienten la presión en sus propios bolsillos por primera vez.
Para otros como Pilar Gil Navarro, de 16 años, el apoyo al kirchnerismo no se trata solo de economía. Para ella, su agenda, que es más liberal en cuestiones sociales, está más en línea con sus valores.
"Uno de los temas que quiero que se trate es el aborto legal, seguro y gratuito", dijo Navarro. "Que no haya hoy en día Ministerio de Salud es un claro ejemplo de que hay muchos pasos antes de que se dé el aborto legal, algo que Alberto Fernández dijo que es importante y que es una cuestión de salud pública".
También hay un cierto carisma relacionado al kirchnerismo, que cuenta con actores y músicos de alto perfil entre sus partidarios, dijeron analistas.
Macri, cuyos partidarios tienen más de 50 años, es visto como un polo opuesto a la imagen del kirchnerismo de cuestionar al status quo y confrontar con un orden establecido.
"Eso para un joven es mucho más seductor que una agenda más conservadora", dijo Facundo Nejamkis, director de la consultora y encuestadora Opina Argentina.
La mayoría de los encuestadores se vio sorprendida por la ola juvenil pro-Fernández, en parte porque es menos probable que esos votantes tengan un teléfono convencional donde los encuestadores puedan contactarlos.
Brecha telefónica. No solo eso, sino que los millennials argentinos y los votantes de la "generación Z" son de los grupos demográficos más afectados por la pobreza y el desempleo, lo que los hace aún menos accesibles para los encuestadores, que a menudo llegan a los votantes por teléfono e Internet.
"Una de las explicaciones de por qué casi en todas las encuestas fallamos en calcular la cantidad de votos entre Alberto Fernández y Mauricio Macri es justamente no haber podido detectar la cantidad suficiente de casos de jóvenes (...) porque no atienden el teléfono fijo o porque están con sus teléfonos móviles o navegando por Internet", explicó Nejamkis.
Chris Jackson, vicepresidente de Asuntos Públicos de Ipsos en Estados Unidos, dijo que el desafío de las encuestas adquiere otra dimensión en Argentina porque los jóvenes más ricos, que tienden a ser más accesibles para la investigación por teléfono e Internet, están más inclinados hacia Macri, lo que puede sesgar los resultados.
"El uso del teléfono se distribuye de manera desigual con líneas fijas presentes principalmente en poblaciones más antiguas y más ricas, los teléfonos celulares con poblaciones más jóvenes y las poblaciones menos ricas a menudo no tienen acceso telefónico", dijo Jackson.