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Elección presidencial en Colombia: una carrera contra la apatía
Jueves, Junio 12, 2014 - 17:58

“Una campaña llena de acusaciones mutuas alejó a muchos electores de las urnas porque no se ven reflejados ni en los candidatos ni en sus programas” explica a DW Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario, de Colombia.

La apatía y el inconformismo son, hasta ahora, los virtuales ganadores de estas elecciones presidenciales en el país suramericano. El 60% de los electores colombianos no acudió a las urnas en la primera vuelta el pasado 25 de mayo, fecha en la que el candidato del partido uribista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, aventajó por pocos votos a su contendor, el presidente Juan Manuel Santos, del partido Unidad Nacional, una agrupación de conservadores y liberales. Según la Registraduría Nacional el 6% de los sufragantes votó en blanco.

“Este domingo, la victoria podrá lograrse con una mayoría simple, sin contar la abstención ni el voto en blanco”, explica a DW Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario, de Colombia. quien resalta la particularidad del sistema electoral colombiano de que “si el voto en blanco es mayoritario, la elección tiene que repetirse con otros candidatos”.

“Una campaña llena de acusaciones mutuas alejó a muchos electores de las urnas porque no se ven reflejados ni en los candidatos ni en sus programas”, apunta Basset. Y eso, a pesar de que el tema central de la campaña ha sido el proceso de paz que el Gobierno de Santos lleva a cabo con las FARC en La Habana. El conflicto es, sin embargo, “un problema, que si se resuelve con la propuesta de Santos, permitirá, al fin, a los colombianos, ocuparse de los problemas fundamentales del país”, apunta en DW la politóloga alemana, Sabine Kurtenbach, del Instituto alemán de Estudios Latinoamericanos, GIGA, con sede en Hamburgo.

¿Qué ofrecen los candidatos? Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático, apunta, según su programa, a seguir un modelo similar al de su mentor, el expresidente y hoy senador electo Álvaro Uribe Vélez, en sus ocho años de mandato. Su plan de gobierno habla de seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social, estado austero y descentralizado, y diálogo popular.

Por su parte, la meta principal de Juan Manuel Santos es “la terminación del conflicto armado para construir la paz”, tema “transversal” del plan de su deseado segundo tiempo. Para lograrlo, Santos promete aumentar la inversión en educación, salud y vivienda; hacer de Colombia un país de empresarios y plazas de trabajo y reforzar la seguridad ciudadana.

Una leyenda falsa e...¿invencible? La campaña de Zuluaga se concentró empero, en crear mitos sobre la propuesta de paz de Santos, quien, por su parte, se dedicó a tratar de desvirtuarlos, sin mucho éxito. El movimiento uribista logró, por ejemplo, un hecho inédito como “riesgoso” en Colombia: politizar a miembros de las Fuerzas Armadas, quienes en Colombia no pueden ejercer proselitismo político y no les es permitido votar.

Los temores fueron difundidos con la leyenda de que su futuro se estaba negociando con las FARC en Cuba, algo que las reglas del proceso excluyen expresamente. Como reacción a ello, Santos ha prometido retornarle a las Fuerzas Armadas el derecho al voto, una vez sea lograda la paz.

Autores

Deutsche Welle