Expertos consideran que los resultados electorales de las dos economías más grandes de la región son de suma importancia y decidirán en gran medida la orientación de la tendencia política de toda la región en los próximos años.
Beijing. Unos 89 millones de mexicanos estarán convocados este domingo a las urnas para elegir al nuevo presidente del país, con el líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador como claro favorito entre los cuatro candidatos.
Tres meses después, se celebrarán los comicios presidenciales de Brasil, inmersos hasta ahora en una gran incertidumbre por la posible ausencia de Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente y favorito a pesar de estar preso por corrupción.
Para Chen Yuanting, investigadora adjunta del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, los resultados electorales de las dos economías más grandes de la región son de suma importancia y decidirán en gran medida la orientación de la tendencia política de toda la región en los próximos años.
Según Chen, desde finales de 2015 se acabó el ciclo político de "giro hacia la izquierda" en América Latina y la derecha ha reconquistado su terreno tradicional en los principales países de la región como Brasil, Argentina y Chile.
"La llamada nueva clase media utiliza los votos para manifestar su rechazo a los Gobiernos anteriores por no satisfacer sus demandas de mejorar los servicios públicos y mantener el vigor económico", dijo la especialista.
Además, aunque el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ganó la reelección en el 20 de mayo, su Gobierno vive una gran presión exterior, encabezada por Estados Unidos.
Poco después de las elecciones, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó, con el apoyo de 19 países, una resolución que plantea la suspensión de Venezuela del organismo y desconoce la legitimidad de los comicios.
"Cada país tiene su particularidad, pero al mismo tiempo algo en común, como es la decadencia de los partidos tradicionales y la gran desconfianza del pueblo en la política por el arraigo de la corrupción", explicó la académica.
Aparte de eso, la influencia negativa de la política del presidente estadounidense, Donald Trump,"Estados Unidos Primero" (America First) también aumentó la incertidumbre de las próximas elecciones.
En una ofensiva inédita en los últimos años, Estados Unidos exigió la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), inició la militarización de la frontera con México y no tuvo reparos en insultar a los inmigrantes centroamericanos.
Además, tensó al extremo la relación con Venezuela, promoviendo un embargo petrolero y amenazando inclusive con una intervención militar.
En cuanto al comercio, Estados Unidos impuso aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% al aluminio, lo que afecta directamente a los aliados tradicionales de la región, tales como Brasil, Argentina y México.
Brasil, el segundo mayor proveedor de acero de Estados Unidos y el primero de acero semiacabado, materia prima para productos laminados, figura entre los más afectados.
Como consecuencia, Moody's Analytics, una filial de la calificadora, está considerando rebajar su pronóstico para la expansión del producto interno bruto (PIB) de Brasil en 2018 entre el 1,6% y el 1,8%, debajo de la proyección original del 2%.
"Esperábamos una recuperación afianzada en el 2018, lo estamos bajando, es una recuperación menos fuerte hasta ahora", dijo el director para América Latina de Moody's Analytics, Alfredo Coutiño.
A su vez, la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile Lorena Oyarzún aseveró que Estados Unidos tiene una actitud "amenazante" y "descalificadora" con varios países latinoamericanos.
"Eso tiene un costo en términos del liderazgo de Estados Unidos, no sólo en relación con América Latina, sino también en relación al multilateralismo", opinó.
Según un sondeo publicado por la consultora estadounidense Gallup en marzo, solo el 16% de los latinoamericanos aprueba la gestión de Trump y sus políticas hacia el continente.
A juicio de Chen, aunque la tendencia política aún es incierta, los Gobiernos tanto de derecha como de izquierda son conscientes de que sus países requieren abundantes recursos exteriores para impulsar el desarrollo económico y satisfacer las crecientes demandas de la clase media.
"Ante la política de 'palo sí y zanahoria no' de la Administración Trump, la región no tendrá otra alternativa que diversificar sus relaciones exteriores y acercarse a China", concluyó Chen.