Fuentes de seguridad anunciaron que Colombia, a través de la Cancillería y del ministerio de Defensa, pedirá a Venezuela ayuda para que las FF.AA. venezolanas colaboren en las labores de rescate de los rehenes.
Bogotá. Guerrilleros izquierdistas secuestraron a dos familiares de dirigentes políticos de una región de Colombia fronteriza con Venezuela y los trasladaron a ese país para eludir una operación militar de rescate, informó este viernes la policía.
Fuentes de seguridad anunciaron que Colombia, a través de la Cancillería y del ministerio de Defensa, pedirá a Venezuela ayuda para que la Fuerza Armada de ese país colabore en las labores de rescate de los rehenes.
Los secuestros atribuidos al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda fuerza rebelde de Colombia, se produjeron en una zona rural de la ciudad de Arauca, capital del departamento del mismo nombre, y en Saravena.
La policía reveló que comandos armados secuestraron a la profesora Ana Judith Agudelo, madre de la concejal Yerly Ramírez, mientras que en Saravena fue privado de la libertad Alexis Avellaneda, hermano del alcalde de ese pueblo, Mario Avellaneda.
"Determinamos que de manera muy rápida fueron pasados a Venezuela, al sector del Amparo y el otro al sector de Puerto Contreras", dijo a periodistas el comandante regional de la policía, general Orlando Pineda.
Arauca es una próspera región petrolera y ganadera del noreste del país, en donde todavía mantienen una fuerte presencia las guerrillas del ELN y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los dos países, que avanzan en el restablecimiento de sus relaciones después de una profunda crisis, comparten una frontera terrestre de 2.219 kilómetros en la que existe presencia de guerrilleros izquierdistas, antiguos paramilitares de ultraderecha y narcotraficantes.
En la frontera es frecuente el tráfico de drogas, armas, vehículos robados y el contrabando de combustibles.
El ELN es la segunda fuerza guerrillera de Colombia y dice contar con unos 5.000 combatientes, pero fuentes de seguridad estiman que sólo son 2.000.
El grupo, que en sus inicios fue conformado por sacerdotes católicos radicales, tuvo protagonismo en el conflicto interno colombiano en la década de 1990 por sus ataques con explosivos contra la infraestructura petrolera y energética del país.
A finales de esa década también ejecutó varios secuestros masivos para presionar al gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana a iniciar un diálogo de paz.
Pero el ELN fue debilitado por una ofensiva del Ejército y de los escuadrones paramilitares de ultraderecha, a lo que se sumó un enfrentamiento por el control territorial de varias regiones del noreste del país con las FARC.
El grupo rebelde mantuvo en Cuba conversaciones de paz con el Gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, pero se negó a iniciar una negociación que permitiera su desarme y reincorporación a la vida civil.
El ELN propuso esta semana al gobierno de Colombia un acuerdo nacional, con la participación de todos los sectores políticos y sociales, como camino para alcanzar la paz en un proceso que, destacó, podría sellarse con una asamblea que reforme la Constitución.