Los principales puntos de quiebre en la relación gobierno-empresarios han tenido un mismo protagonista: el vicepresidente de la República, Angelino Garzón.
Bogotá. La forma como manejó el gobierno colombiano el paro de camioneros fue la gota que rebasó la copa de los empresarios. Aunque en varias oportunidades habían manifestado su descontento con la forma como el ejecutivo había reversado algunas medidas, tras el conflicto con los transportadores, Luis Carlos Villegas, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) y del Consejo Gremial, hizo oficial su malestar y anunció que este miércoles le expresará su opinión al propio presidente Juan Manuel Santos.
Los principales puntos de quiebre en la relación gobierno-empresarios han tenido un mismo protagonista: el vicepresidente de la República, Angelino Garzón, quien intervino para que el ejecutivo subiera el salario mínimo 4% y no 3,4% como se había anunciado; asimismo, su voz fue escuchada por el presidente Santos para eliminar del Plan Nacional de Desarrollo un artículo que pretendía incrementar la edad de pensión de los colombianos. Pero su papel más decisivo lo cumplió en la negociación para superar el paro camionero que duró 15 días, y que se levantó a primera hora del viernes, después de que se decidió aplazar la puesta en marcha del decreto que eliminaba la tabla de fletes para el sector carguero desde el 28 de febrero.
Pocas horas después de levantarse la protesta, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, fue enfático al indicar que con “el paro camionero se perdió el principio de autoridad”, haciendo alusión al papel cumplido por el vicepresidente. En el mismo sentido se pronunciaron otros dirigentes gremiales, como el propio Villegas quien hoy se preguntó si Garzón es “una llanta de repuesto o un freno de mano”.
A juicio de Villegas las molestias de los empresarios nacen del cambio de reglas que se están dando en este gobierno, lo que puede afectar la confianza inversionista, uno de los pilares de la anterior administración. Insiste en que cambiando constantemente de rumbo no se va a lograr la meta de crecer por encima de 6%.
Para el analista Mauricio Cabrera, la molestia del sector productivo tiene que ver con el cambio de estilo de la nueva administración. “Lo que veo es que el gobierno Santos entiende de forma distinta la confianza inversionista. Los empresarios estaban acostumbrados a que el gobierno Uribe centrara su modelo de crecimiento en utilidades y empresas, mientras que éste tiene un modelo que hace énfasis en la redistribución del crecimiento y desarrollo económico”.
Por su parte, Mauricio Reina, Analista de Fedesarrollo, considera que “viendo los tres reversazos” se deduce que el “gobierno no es capaz de impedir medidas como el paro camionero” y agrega que para evitar este tipo de manifestaciones en el futuro, “se debería crear mayor cohesión dentro del gabinete y alinear a todos los funcionarios, incluyendo al vicepresidente Garzón. El gobierno debería tener en cuenta que el capital político es para gastarlo y no reversarlo”.
La dimensión real de la fractura que vive hoy la relación entre el sector productivo y el Ejecutivo se conocerá este miércoles, cuando el presidente Santos se reúna con los dirigentes gremiales quienes preparan una especie de memorial de agravios para dárselo a conocer al jefe de Estado, que hasta el momento tiene claro, como asegura Reina, que los “empresarios deben entender que no las pueden ganar todas”.