No podemos transitar al siglo XXI con esquemas del siglo XIX. Si entramos a juzgar a otros países sería el final de los esquemas", dijo Maduro en transmisión televisada.
Venezuela. Mientras Venezuela y buena parte de América Latina deliberan en torno a lo que muchos consideran un golpe de Estado, el presidente Nicolás Maduro salió este jueves a entregar la orden Francisco de Miranda al expresidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Enríque García Rodríguez, por su destacado desempeño en el ejercicio de sus funciones.
En su discurso, Maduro se refirió veladamente a la turbulencia política que ha desestabiliado a la región Latinoamericana, señalando que el continente es una región diversa y que "no se deben imponer extremismos ideológicos (...) no se deben ideologizar las relaciones entre los pueblos".
"No podemos cobrar viejas heridas (...) No podemos transitar al siglo XXI con esquemas del siglo XIX (...) Si entramos a juzgar a otros países sería el final de los esquemas", dijo Maduro frente a los homenajeados y algunos de sus ministros, en transmisión televisada.
Luego celebró la diversidad que ha significado para los países le continente contar con organismos cono Unasur y la propia CAF.
26 años en el cargo. Luis Enríque García Rodríguez concluye esta semana sus funciones en la Presidencia de la CAF, tras 26 años en el cargo. "No es fácil superar la obra de Enrique García", destacó el preisdente venezolano.
Junto a García, Maduro otorgó la orden Francisco de Miranda en su primera clase al embajador de Arabia Saudita, Jamal Ibraim Nasef, quien regresa a su país a asumir otras funciones.
Durante el acto de condecoración, el Jefe de Estado resaltó el trabajo desarrollado conjuntamente con Arabia Saudita y destacó el acuerdo alcanzado entre los países Opep y no Opep.
En ese sentido, indicó que se comienza a conversar acerca de una prórroga del acuerdo de reducción de la producción para los próximos seis meses, lo cual consideró necesario para la "estabilidad energética".
Afuera, la OEA y distintos países siguieron condenando que el Tribunal Supremo de Justicia despojara a los diputados de sus labores y asumiera el rol de la Asamblea Nacional.