La mayoría de los mexicanos no han sido tocados personalmente por la violencia del narco, pero incluso la percepción de un deterioro en la seguridad puede tener implicaciones económicas.
México D.F. El gasto en sistemas de alarma, guardaespaldas y consultorías de riesgo está en auge en México, al tiempo que las empresas buscan proteger sus activos mientras los medios reportan a diario la creciente violencia de la guerra del narcotráfico.
El gasto en servicios de seguridad privada en el país se ha incrementado en 11% este año respecto a 2009, según el Consejo Nacional de Seguridad Privada, una asociación de proveedores del sector.
Durante el mismo período, el gasto en seguridad se disparó 33% a lo largo de la extensa frontera entre México y Estados Unidos, que ha visto la mayor alza en la violencia desde que el gobierno lanzó una campaña contra los cárteles del narco a finales de 2006, dijo el Consejo.
Más de 29.000 personas han muerto desde diciembre de 2006, mientras los cárteles del narco se pelean entre sí por las rutas del tráfico, y atacan con armas automáticas y granadas a los policías y militares enviados para controlar la violencia.
Aunque la tasa de asesinatos per cápita de México continúa por debajo de otros países de la región, como Venezuela, Brasil y Guatemala, empresarios y extranjeros son sometidos a una continua serie de imágenes de narcos decapitados y hasta coches bomba.
"Hemos tenido aumentos en las llamadas y aumentos en las ventas", dijo Carlos Aguilera, director de la mayor distribuidora de equipo de seguridad del país, Inalarm. "Es el miedo", añadió.
México, la segunda mayor economía de Latinoamérica, se está recuperando lentamente de una fuerte recesión provocada por la caída de la economía de su mayor socio comercial, Estados Unidos.
La mayoría de los mexicanos no han sido tocados personalmente por la violencia del narco, pero incluso la percepción de un deterioro en la seguridad puede tener implicaciones económicas.
Algunos analistas financieros han advertido que la guerra contra los traficantes de drogas puede causar problemas, al elevar el costo de hacer negocios.
Y eso se ha convertido en una oportunidad para las empresas de seguridad, que según estimaciones del Consejo realizan ventas por 1,000 millones de dólares al año, incluso cuando los costos de seguridad elevados reduzcan la rentabilidad de las firmas.
Guardias sospechosos. La Cámara de Comercio de Estados Unidos en México (AmCham) realizó una encuesta de 286 de sus miembros corporativos y casi 60% de ellos dijo sentirse "menos seguro" en 2009 que lo que se sintieron un año antes. La mitad reportó crímenes o amenazas a sus empleados.
Los estados más preocupantes para los miembros de la AmCham son Baja California, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora, todos cercanos a la frontera entre Estados Unidos y México, en áreas estratégicas para los traficantes de drogas.
La vasta capital, Ciudad de México, se ha mantenido hasta el momento relativamente libre de violencia del narco, pero los residentes más ricos viven en alerta ante la posibilidad de secuestros para pedir rescate.
Las empresas encuestadas dijeron que gastaron 3% de sus costos operativos en seguridad, en línea con el resto de Latinoamérica, pero menos que 7% que se gasta en Estados Unidos.
También existen preocupaciones acerca de lo que un crecimiento en el volumen de empresas de seguridad privada -que se han ganado una reputación de excesiva dureza en lugares como Irak- podría significar para México.
Los guardaespaldas necesitan una licencia para llevar armas de fuego, pero el gobierno mexicano no tiene un procedimiento para certificar a las firmas de seguridad privadas. Eso ha llevado a cuestionamientos sobre el profesionalismo y entrenamiento del personal de algunas empresas.
Mario González-Román, ex jefe de seguridad de la embajada de Estados Unidos en México, dijo que algunas empresas no reguladas de seguridad privada han empleado a ex policías con vínculos a los narcotraficantes.
"Se trata de lograr que este tipo de trabajo lo haga la gente que tiene las habilidades adecuadas", dijo Bob Oatman, un experto en seguridad de Estados unidos. "¿Vas a dejar que cualquiera haga esto? Esa es la pregunta".