Ambos líderes seguirán una reunión matutina en la Oficina Oval con una conferencia de prensa conjunta a las 12.05 hora local (1605 GMT), dijo la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, se reunirán este martes en la Casa Blanca durante una visita destinada a reforzar los lazos económicos y dar vuelta la página en un escándalo de espionaje.
Ambos líderes seguirán una reunión matutina en la Oficina Oval con una conferencia de prensa conjunta a las 12.05 hora local (1605 GMT), dijo la Casa Blanca.
La presidenta brasileña originalmente aceptó la invitación de Obama para una visita oficial de Estado en octubre del 2013, pero omitió ese viaje después de las revelaciones de Edward Snowden que de Washington había espiado a Rousseff y otros ciudadanos de su país.
No hubo ninguna señal de tensión cuando Rousseff llegó a Washington el lunes. Obama la saludó con un abrazo y luego la condujo a su caravana de vehículos para realizar una visita improvisada a un monumento para el líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr.
"Esta es la piedra de esperanza",le dijo Obama, y señaló las citas más famosas de King inscritas en la pared del monumento.
Los dos líderes se reunieron para una cena de trabajo en la Casa Blanca.
Esta fue otra señal de que los mandatarios han dejado atrás el escándalo de espionaje.
"Obviamente, reconocemos que la relación entre Estados Unidos y Brasil pasó por un tramo turbulento después de las revelaciones que tuvieron lugar en relación con las actividades de inteligencia de Estados Unidos hace un par de años", dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama.
"Sin embargo, hemos realizado una revisión muy minuciosa de esas actividades y hemos trabajado duro, junto con el Gobierno de Brasil, para hacer frente a una variedad de problemas, pero más importante, para comenzar un nuevo capítulo en nuestra relación bilateral", dijo Rhodes a la prensa en una conferencia telefónica antes de la visita.
La visita es particularmente importante para Brasil, que atraviesa un fuerte revés económico, un importante escándalo de corrupción política y un potencial crisis de gobernabilidad.
Rousseff quiere atraer más inversión de Estados Unidos a Brasil y financiamiento para proyectos de infraestructura.
Después de su visita a Washington, ella que se dirigirá a Silicon Valley para reunirse con ejecutivos de Google, Apple y Facebook.
En una visita a Nueva York el lunes, Rousseff negó que su campaña haya recibido donaciones ilegales en un escándalo de sobornos supuestamente pagados por empresas de construcción a políticos y ex ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras.