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Entérese de la compleja realidad cubana un año después del deshielo de relaciones con EE.UU.
Jueves, Diciembre 17, 2015 - 11:11

Concesiones sucesivas de Washington, mayor atrincheramiento ideológico de La Habana y un pueblo desesperado que aún no ve los beneficios anunciados es la tónica actual de Cuba luego de un año de relaciones bilaterales.

Leonardo Padura, Premio Príncesa de Asturias de las Letras 2015, considera que los acuerdos establecidos en papel aún deben bajar al pueblo cubano.

La ONU acaba de enviar una fuerte crítica a Raúl Castro por la ola de más de 1.500 detenciones de opositores en lo que va de diciembre.

El mítico cantautor Pablo Milanés dice que todo es peor que antes y que la única posesión del pueblo de la isla es la esperanza.

La revista Convivencia, la más sólida voz de la sociedad civil en Cuba, asegura en un editorial que el nivel de vida del pueblo ha descendido a niveles alarmantes, similares a la crisis del 90 mal llamada "Período Especial".

Y Carlos Alberto Montaner, el periodista cubano más leído en el mundo, habla de la imposición de un Capitalismo Militar de Estado, en el cual el castrismo asume el control total de las 2500 mayores empresas del país.

Los cambios visibles. Ha aumentado el número de visitantes norteamericanos a Cuba, ingresando más divisas al Gobierno, a los operadores turísticos extranjeros, pero también a un sector de la población vinculado al servicio al turismo, sin que pueda contabilizarse el beneficio al cuentapropismo formal e informal, debido a la cantidad de negocios que han abierto y cerrado a lo largo del año, abrumados por los altos impuestos y los rígidos condicionamientos del gobierno.

Raúl Castro sigue empeñado en administrar la isla a su antojo: basta mirar su reciente orden de expropiar 20 viviendas y dos restaurantes en los alrededores de su casa en La Habana, la irracional política de los impuestos, o las razias que practican los inspectores estatales contra los más prósperos negocios particulares. Es un claro mensaje a los inversionistas: la incertidumbre estará siempre como una espada sobre sus cuellos, pues "Cuba se sigue administrando como una monarquía absoluta y primitiva (o quizás peor, como un simple presidio) cuando de un plumazo el jefe de Gobierno, sin restricción legal alguna, puede tomar arbitrariamente medidas tan radicales como la expropiación de viviendas", ha dicho el analista económico Jorge A. Sanguinety.

¿Qué dicen los cubanos? Encuestas de instituciones oficialistas y de la sociedad civil opositora indican que la decepción de la población ante las erradas y sostenidas políticas económicas del gobierno durante más de 50 años supera el 70%, y que el primer sueño de la juventud es emigrar.

A esa decepción, a la inmovilidad manifiesta de Raúl Castro ante las aperturas de Obama y a la existencia de la Ley de Ajuste Cubano que garantiza la residencia en el plazo de un año para cubanos que arriben ilegalmente a Estados Unidos, se debe el cuarto éxodo masivo más grande en toda la historia de la Revolución: más de 75.000 cubanos llegaron a Estados Unidos en lo que va de año y se espera que la cifra crezca cuando se resuelva la terrible situación de cerca de 20 mil refugiados que esperan en Panamá, Costa Rica y México a que los dejen continuar hacia esa tierra paradisíaca prometida que, pese a la propaganda del castrismo, sigue siendo Estados Unidos para los cubanos.

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Otros avances: la posibilidad de conexión de los cubanos a internet a través de sitios públicos de Wifi, aún insuficientes y de muy mala conectividad; los intercambios culturales, académicos, políticos, aunque dista mucho de ser un verdadero intercambio libre y sistemático entre Isla y Diáspora; el crecimiento de la sociedad civil independiente y su apuesta por los métodos pacíficos, que el gobierno reprime con más violencia que en 2014; y el estallido espontáneo del debate público a través de las redes sociales en diferentes sectores de la sociedad cubana.

De las reformas económicas de Raúl Castro (los llamados "313 Lineamientos" del 2011) apenas se ha cumplido una decena y la reforma más visible: la promulgación de la Ley de Inversiones Extranjeras, todavía no ha atraído los capitales previstos, a pesar de la enorme campaña internacional realizada por La Habana.

Además de las concesiones económicas y financieras de Obama, también importante (otra concesión de los intereses extranjeros) es la condonación de las deudas por impagos de Cuba con sus principales acreedores del Club de París: US$8.500 millones, que elimina escollos para que el gobierno cumpla con dos pasos necesarios en su reforma: la eliminación de la dualidad monetaria y la reforma de las empresas estatales.

Habrá que ver cuál es la respuesta de La Habana, y si ello impide al fin que siga creciendo la brecha entre quienes cada vez tienen menos (más del 78% de la población según diversos análisis) y los llamados nuevos ricos (aquellos pocos que acceden a negocios estatales con inversión extranjera o pequeños negocios de inversión familiar).

Autores

Deutsche Welle