Cerca de las diez de la mañana (13.00 GMT) los vecinos de Boqueirao, en la zona del Canal 3 de Santos, escucharon dos explosiones.
Santos (Brasil). Un estruendo y una nube de humo negra marcaron trágicamente la mañana de este miércoles lluviosa y gris del barrio Boqueirao, de Santos, el mayor puerto de América Latina que fue el epicentro noticioso de Brasil.
Allí cayó el avión en el que viajaba Eduardo Campos, candidato presidencial opositor que murió con otras seis personas en la tragedia ocurrida en medio de la campaña electoral.
Cerca de las diez de la mañana (13.00 GMT) los vecinos de Boqueirao, en la zona del Canal 3 de Santos, escucharon dos explosiones.
La segunda, de acuerdo con el relato de vecinos del lugar, fue la más poderosa y fue que el Cessna que llevaba a Campos para sus compromisos de campaña impactó contra cinco residencias.
"Estamos todos conmovidos. Vivo a tres cuadras y estamos todos chocados, estoy muy asustado", comentó a Efe José Cézar, vecino del lugar que se acercó a ver los destrozos de la tragedia.
Los investigadores se dedicaron a buscar las partes que sobraron de la explosión y el personal de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y del Ejército retiraron partes del avión.
Varios miembros del Cuerpo de Bomberos trabajaron durante cinco horas para apagar el fuego generado por la explosión. Cinco vecinos de las casas afectadas resultaron heridos, según dijeron a Efe fuentes médicas.
De los siete ocupantes de la aeronave, ninguno sobrevivió.
"Cuando salimos, a las 10 de la mañana, vimos vidrios en el piso, descalzos, pensamos que el predio podía caer. Nuestra ventanas estaban con ventanas cerradas. No creíamos lo que estaba ocurriendo. Escuchamos la explosión y salimos corriendo", narró Luciana Tavares, estudiante universitaria.
La caída del avión conmocionó a Santos: centenas se agolparon para ver lo que había ocurrido. Las turbinas terminaron en los jardines de dos casas.
La Policía aisló el lugar en la calle Vahia de Abreu y desde Sao Paulo fueron enviados perros rastreadores para buscar restos de las víctimas, pues debido a la explosión partes de los cuerpos fueron esparcidos.
La energía eléctrica fue cortada en las inmediaciones del lugar del desastre y los vecinos salían de sus casas, con paraguas para protegerse de la lluvia, asustadas.
"Apenas llegamos buscamos rescatar a las personas que viven en las casas donde cayó el avión porque teníamos la intuición de que no había sobrevivientes entre los ocupantes del avión", comentó un portavoz del Cuerpo de Bomberos.
La muerte trágica de Campos, de 49 años y candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), se produjo bajo la lluvia en Santos, vecina de Guarujá y donde el candidato iba a participar en un congreso sobre la infraestructura de los puertos brasileños.
El barrio de Boqueirao, de esta ciudad también conocida por el club donde brillaron Pelé, Robinho y Neymar, no salía de su espanto por la tragedia aérea en medio de las casas.
Vidrios y escombros mojados, hoy, llenaron las calles del puerto de Santos y lágrimas de los partidarios de Campos fueron derramadas en todo el país, que lamentó la pérdida del joven y carismático político, muerto exactamente nueve años después del fallecimiento de su abuelo Miguel Arraes, un reconocido líder socialista brasileño.