Devin Kelley, quien causó la masacre del domingo en una iglesia en Texas, fue declarado culpable por una corte marcial de agredir a su primera esposa y un hijastro mientras estaba asignado a la unidad de preparación logística de la Fuerza Aérea estadounidense en 2012, reveló el Pentágono.
Sutherland Springs, Texas. El autor del tiroteo más mortífero en la historia de Texas pudo comprar armas legalmente en una tienda de artículos deportivos porque nunca fue ingresada una condena previa por violencia doméstica a una base de datos del FBI usada para la verificación de antecedentes, dijeron autoridades estadounidenses.
Devin Kelley, quien causó la masacre del domingo en una iglesia en Texas, fue declarado culpable por una corte marcial de agredir a su primera esposa y un hijastro mientras estaba asignado a la unidad de preparación logística de la Fuerza Aérea estadounidense en 2012, reveló el Pentágono.
La Fuerza Aérea también reconoció que no transfirió información sobre la condena de Kelley al sistema del Centro Nacional de Información Criminal (NCIC), un banco de datos del Gobierno de Estados Unidos utilizado por distribuidores autorizados de armas de fuego para verificar los antecedentes de posibles compradores involucrados en casos criminales.
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman Martin, dijo que la cifra de muertos por el ataque alcanzó los 26, incluido el hijo en gestación de una mujer embarazada que murió. Los fallecidos van desde los 18 meses a los 77 años.
Otras 20 personas resultaron heridas, 10 de las cuales permanecían en estado grave a última hora del lunes, dijeron autoridades.
Dos pistolas fueron encontradas en el vehículo en que se fugó Kelley y donde murió posteriormente de una herida de bala autoinfligida en la cabeza tras un fallido intento para huir el domingo de la escena del crimen, dijo Martin en una conferencia de prensa el lunes por la noche.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos abrió una investigación sobre cómo manejó los antecedentes penales del exaviador, mientras que el Departamento de Defensa solicitó una revisión a su inspector general para garantizar que otros casos “hayan sido informados correctamente”, dijeron funcionarios del Pentágono.
Expertos en armas de fuego dijeron que el caso que involucra a Kelley, de 26 años, expone los problemas en el sistema de verificación de antecedentes, ya que según la ley federal es ilegal vender una pistola a alguien que ha sido condenado por un delito que involucra violencia doméstica contra un cónyuge o un hijo.