El referendo plantea tres preguntas. Sobre si el matrimonio debe definir exclusivamente la unión entre un hombre y una mujer. Sobre que los homosexuales no puedan adoptar a niños. Y que los padres puedan negarse a que sus hijos reciban formación escolar en materias como la educación sexual o la eutanasia.
Praga. Eslovaquia celebra el próximo sábado un polémico referendo para vetar el matrimonio homosexual, una consulta apoyada por la Iglesia católica con el argumento de la defensa de la familia tradicional, y en la que sus críticos ven un ataque a la igualdad de derechos.
La consulta ha partido de la Alianza por la Familia (AZR), que agrupa a un centenar de asociaciones y que logró reunir unas 420.000 firmas en un país de 5,4 millones de habitantes, el 70% de ellos cristianos, en su mayoría católicos.
El referendo plantea tres preguntas. Sobre si el matrimonio debe definir exclusivamente la unión entre un hombre y una mujer. Sobre que los homosexuales no puedan adoptar a niños. Y que los padres puedan negarse a que sus hijos reciban formación escolar en materias como la educación sexual o la eutanasia.
Una cuarta cuestión, para prohibir la posibilidad futura de que los homosexuales puedan registrarse como parejas de hecho, fue anulada por el Tribunal Constitucional, al entender que la Carta Magna no permite referendos que afecten a los derechos humanos.
"Lo vemos como algo muy sensible porque se va a votar, en esencia, sobre los derechos humanos. No creemos que sea la manera de cambiar las leyes o crearlas", asegura Romana Schlesinger, directora de Q-Centrum, una asociación que proporciona asesoramiento legal a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Un reciente sondeo de opinión de la agencia Focus indica que el 89% de los eslovacos considera que el término "matrimonio" debe usarse sólo para uniones de hombre y mujer y que el 79% cree que las parejas homosexuales no deberían poder adoptar.
Pese a esa rotundas cifras, el reto de la AZR es lograr movilizar a las urnas a dos millones de personas, ya que la legislación local exige una participación del 50% del censo electoral para que el resultado de la consulta sea válido.
La Iglesia católica respalda la consulta y ha instado a los creyentes a votar, ha financiado parte de la campaña y ha permitido que las parroquias se usaran como punto de recogida de firmas.
"Tememos que el iniciador de esto, que se asegura es una iniciativa cívica, sea en realidad la Iglesia católica", advierte Schlesinger en declaraciones a Efe.
En Eslovaquia, la Iglesia depende económicamente del Estado y por ello "hay malestar por que una institución que vive de las aportaciones de cada ciudadano apoye una iniciativa para votar sobre derechos de las minorías", agrega.
Entre quienes ven una injerencia de la Iglesia se cuenta también el magistrado del Constitucional Lajos Mészáros, que en un voto particular cuando esta Corte permitió celebrar la consulta, advirtió de que "están en juego derechos humanos y libertades básicas, cuya protección es un signo definitorio del carácter del Estado".
Por su parte, Anton Chromik, portavoz de la AZR, explica a Efe que el plebiscito se ha convocado porque consideran que "los niños se merecen un padre y una madre".
Además, las familias tradicionales "no deben ser castigadas ni encarceladas por no estar de acuerdo con los excesos en la educación sexual", asegura.
La pregunta sobre el matrimonio homosexual ha quedado en la práctica superada por una enmienda constitucional que entró en vigor en otoño pasado, después de que comenzara la campaña para pedir el referendo, y que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
Ese cambio legal fue impulsado por el partido en el gobierno, el socialdemócrata Smer, que no se ha pronunciado ahora sobre la consulta.
Quien sí lo ha hecho, apoyando el sí a las tres preguntas, es el democristiano KDH, el principal partido de la oposición.
"Hay que recalcar que la sociedad, si es que quiere sobrevivir, debe apoyar a la familia fundada sobre el matrimonio de un hombre con una mujer, y su capacidad de procrear", argumenta para Efe Miroslav Mikolasik, eurodiputado de esta formación.
Chromik reitera que "esta iniciativa surge desde abajo, de personas de la sociedad civil que empiezan a sentir amenazas sobre medidas venidas desde arriba".
Como parte de su campaña, la alianza ha producido un vídeo en el que una pareja homosexual acude a recoger a un niño. Cuando al pequeño le dicen que sus nuevos padres han venido a buscarlo, el niño pregunta: "¿Dónde está la mamá?".
"Los niños lo tienen claro", dice entonces una narrador, que anima a acudir a votar.
La emisión del vídeo fue rechaza por dos emisoras privadas y una pública, con el argumento de que la publicidad del referéndum no está regulada por ley y que por eso no ofrecen su espacio a ninguna de las posturas.
Sea cual sea el resultado del referendo, quedará el sabor amargo, según críticos como Schlesinger, de haber votado sobre los derechos que afectan solo una minoría del país.
Esta iniciativa eslovaca sobre derechos para los homosexuales, se suma a las de otros dos países ex comunistas en la UE.
En Croacia el veto al matrimonio homosexual ganó en un polémico referendo en 2013, mientras que el gobierno conservador nacionalista de Hungría aprovechó en 2012 su mayoría cualificada en el Parlamento para impulsar una reforma constitucional en ese sentido.