El ex presidente de Cataluña viajó este lunes 30 de octubre a Bruselas, acompañado de cinco ex consejeros, en medio de las especulaciones sobre una eventual solicitud de asilo político.
El misterioso viaje de Puigdemont por Europa se podría convertir en una versión alternativa de la película "Atrápame si puedes". Una treintena de periodistas ha montado guardia ante las sedes de la oficina de la Generalitat en Bruselas, del partido soberanista flamenco N-VA y del Centro Maurits Coppieters, favorable al independentismo, en busca del ex presidente catalán Carles Puigdemont, de probable visita en la ciudad.
Puigdemont viajó a Bruselas desde Marsella (Francia) junto a cinco ex consejeros de su Gabinete que, como él, fueron destituidos el pasado viernes por un decreto del Ejecutivo español para restablecer la legalidad tras la declaración de independencia aprobada por el Parlamento catalán. A pesar de visitar Bruselas, tal y como confirmó el Gobierno español, Puigdemont todavía no ha sido visto en las instituciones comunitarias ni en otro lugar público.
Medios en España apuntan que Puigdemont podría estar preparando una estrategia legal en compañía de abogados y asesores, con vistas a una eventual solicitud de asilo político en Bélgica y que este 31 de octubre podría hacer algún tipo de declaración.
Sin residencia permanente. ¿Por qué Bélgica? El origen de este éxodo a Bruselas podría encontrarse en la declaración del secretario de Estado belga para la Inmigración, Theo Francken, miembro del partido nacionalista flamenco N-VA , quien el pasado domingo dijo que el expresidente de la Generalitat tiene la opción de solicitar "asilo político" en Bélgica.
Sin embargo, a estas alturas nadie en el partido nacionalista flamenco quiere haber visto o haber oído últimamente de Puigdemont. Tanto el ministro del Interior belga, Jan Jambon, del partido nacionalista flamenco N-VA, como esa formación política, se han desenmarcado de la visita del expresidente catalán Carles Puigdemont a Bruselas.
El primer ministro del país, Charles Michel, se distanció de la oferta de asilo político y aseguró que "no está en el orden del día" de su Gobierno.
Puigdemont sería un caso de asilo político complicado. De todos modos, La situación del expresidente catalán Carles Puigdemont no encajaría en ninguno de los supuestos por los que un país podría concederle asilo, salvo que Bélgica se acogiera excepcionalmente al protocolo 24 del Tratado de la UE, lo que provocaría un controversia importante con España.
El caso del expresidente de la Generalitat, que ha viajado a la capital belga con cinco exconsellers, no se ajusta a la figura del asilo territorial, dado que España es un "Estado seguro" en el sentido del artículo 33 de la Convención de Ginebra de 1951.
El Gobierno de José María Aznar consiguió en 1997 que la UE incorporara un protocolo al Tratado de Ámsterdam -conocido como protocolo 24 - sobre la limitación de la concesión de asilo político a ciudadanos de la UE.
El protocolo considera "inadmisible", salvo en casos de ruptura del orden democrático, y en cualquier caso "infundada", la tramitación de cualquier solicitud de asilo político presentada por ciudadanos de la UE en otro Estado miembro.