El director ejecutivo del Consejo de Relaciones Internacionales de América Latina y el Caribe (RIAL) dijo que "en los años recientes, fueron todos los gobiernos latinoamericanos, los que pusieron como condición para proseguir las Cumbres presidenciales".
Santiago. La nueva postura del presidente estadounidense, Barack Obama, hacia Cuba "reorganiza las relaciones generales de Estados Unidos con América Latina y marca un viraje inesperado y lejano de los postulados que mantenía esa nación, desde 1960, frente a la Revolución Cubana".
Así lo valoró Luis Maira, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Internacionales de América Latina y el Caribe (RIAL) y embajador de Chile en el Proceso de Paz de Colombia, en entrevista con Xinhua, explicando los factores de ese proceso.
"El primero es que América Latina construyó gradualmente un consenso, que llegó a ser unánime, en el sentido de que no resultaba aceptable la exclusión de Cuba, un socio constitutivo del bloque latinoamericano, en relaciones que aspiraban ser hemisféricas entre los que Estados Unidos llama las 'dos Américas'", explicó.
Maira subrayó que "en los años recientes, fueron todos los gobiernos latinoamericanos, incluidos los más moderados, los que pusieron como condición para proseguir las Cumbres presidenciales de las Américas que Cuba estuviera presente".
Afirmó que, previamente, se retiró "toda limitación a Cuba para su regreso a la Organización de Estados Americanos (OEA), acuerdo que se concretó y que el gobierno cubano no se interesó en hacerlo efectivo".
Seguidamente, consideró también como "un hito" la posición de los gobiernos latinoamericanos, "que no consideraban posible que se excluyera Cuba de una comunidad de la que es socio natural".
Destacó otro factor importante dentro de Estados Unidos que es "una fuerte presión para que no hubiera más una exclusión de la política de la post Guerra Fría de un país, que había aplicado todas las sanciones inimaginables durante el período de la confrontación bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética".
Indicó que, en Washington, prevalecía "la iniciativa del sector más conservador de la Comunidad Cubano-Americana y congresistas "sobre ideologizados" en el tema de Cuba, tanto demócratas, como Robert Menéndez, y republicanos, como Ileana Ros-Lehtinen, que constituyeron un "lobby", que perjudicó el tratamiento al tema cubano.
"Al final, se impuso en Estados Unidos la defensa de sus intereses y eso pasa con la normalización de las relaciones con La Habana, en términos no ideológicos o sin condicionamientos al sistema político de Cuba", puntualizó.
En su opinión, la comunidad de probables exportadores de granos del centro oeste de Estados Unidos, que es un grupo de estados, encabezado por Iowa por ser principal productor agrícola, y otros intereses de corporaciones "ven a Cuba como importante destino para sus negocios".
"Eso originó un consenso bipartidista en varios estados del país, que se expresó en las visitas de varias delegaciones de congresistas a Cuba, que se entrevistaron con las autoridades de la isla, lo cual generó un aislamiento en la comunidad cubana de Miami, que por muchos años lideró la política hacia la isla", precisó.
Además, señaló que hubo cambios significativos en esa comunidad, que posibilitaron que Barack Obama haya ganado en el distrito de Dade en su reelección de 2012, expresando también que "la segunda generación cubana, formada en Estados Unidos, tiene una mirada no ideológica y no quieren perder sus raíces cubanas".
Aseguró que, a diferencia de los primeros emigrantes cubanos a partir de 1959, cuando triunfa la Revolución, "las nuevas generaciones quieren seguir siendo cubanos dentro su identidad estadounidense, y viajan frecuentemente a la isla y tienen una postura distinta a los mencionados congresistas".
Abundando sobre el cambio de política hacia Cuba de Obama, Maira dijo que, tras una mala elección de medio período en 2014, su gobierno quedó casi condicionado para justificar su período presidencial histórico a hacer cosas que estaban en su programa desde 2008 y no se habían concretado.
"Hay que decir que Obama tuvo una conducta audaz con el acercamiento que tuvo el 17 de diciembre (del 2014) al proclamar la restauración de las relaciones diplomáticas con Cuba", expresó, en comparación con los ex presidentes de George Bush y su hijo George W. Bush que mantuvieron una política muy agresiva contra la isla.
En contraste, comentó que "a través de más de cinco décadas, hubo la disposición cubana a normalizar las relaciones con Estados Unidos, sobre la base del respeto a la independencia y al derecho de cada país de tener su propio régimen político".
Sobre el viaje a Cuba de Obama, previsto para el 21 y 22 de marzo, Maira expresó que tiene sentido si se miran otras cosas.
"Las negociaciones de paz en Colombia entre el gobierno y la guerrilla de las FARC se hacen en La Habana desde finales del 2012, donde Estados Unidos ha pasado a ser un socio más activo de Colombia, en un contexto en que los grupos guerrilleros no trafican drogas, pero si obtienen recursos tributarios".
Además, "está la propia visión política de Obama, quien dijo cuando era candidato que el embargo comercial a Cuba era un anacronismo; que no podía existir política de enfrentamiento bipolar en los años de apertura y que tenía que tratarse a Cuba como un Estado más de la comunidad internacional".
Finalmente, el director ejecutivo de RIAL manifestó que el viaje de Obama a La Habana "completa la política del mandatario hacia la isla".