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Especialistas: acuerdos migratorios entre México y EE.UU. fueron "nulos" en administración Obama
Martes, Enero 10, 2017 - 13:06

Junto con señalar que el mayor número de deportados desde EE.UU. se dio bajo la administración de Obama, para los especialistas, el mecanismo para el combate al crimen organizado, la llamada Iniciativa Mérida, se fue agotando.

Ocho años después de que Barack Obama asumiera la Presidencia estadounidense y a días de que Donald Trump tome posesión de la Casa Blanca, los acuerdos y las políticas implementadas entre México y EE.UU. en materia de migración son nulos, coinciden expertos.

Sin reforma migratoria alguna y con muy poco avance en el tema, Obama, cuya administración fue marcada por intentos de políticas “progresistas y contradicciones, concluirá como el presidente en la historia moderna de Estados Unidos que más migrantes ha deportado hasta el momento, queda pendiente ver y revisar los 100 primeros días de la administración de Donald Trump”, señala Josué Padilla Villamour, del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM.

Ante la resistencia que encontró Obama en el Congreso para la aprobación de una reforma migratoria, el exsenador por Illinois impulsó mediante una decisión ejecutiva la implementación de la ley de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), además del Programa de Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses y Residentes Legales Permanentes (DAPA, por su sigla en inglés), explica Villamour.

La DACA proponía postergar la deportación de jóvenes inmigrantes inscritos en el sistema educativo estadounidenses que hayan entrado a EU antes del 1 de enero del 2010 y antes de cumplir 16 años; en tanto el DAPA tenía el objetivo de impedir la deportación de las familias de estos jóvenes llamados dreamers, establecidas en EU con una residencia mínima de cinco años.

Estas propuestas “trataban de impulsar el papel de latinoamericanos o migrantes en general para tener una matrícula en las universidades; como sabemos, el sistema universitario estadounidense es tal vez el más caro del mundo. Estas acciones quedaban como una cuota y una especie de paliativo para este tipo de problemas, que son estructurales”, explica Villamour.

Por su parte, el internacionalista también por la UNAM, Jesús Gallegos, precisa que Obama no tocó el tema de las relaciones con México durante su primera campaña a la Casa Blanca como algo prioritario.

“Ya como mandatario, empezó a hablar de algunos temas que se reducen a tres rubros en específico: el de seguridad, que heredaba de George W. Bush y que se centraba en la vinculación que hay en México con el combate al narcotráfico y la Iniciativa Mérida, en este sentido, hay que mencionarlo, Obama le dio continuidad durante su primera administración (...) El segundo tema tiene que ver con la economía, y, por último, el tema migratorio”, precisa Gallegos.

En materia migratoria, explica el internacionalista, las decisiones ejecutivas de la DACA y el DAPA se quedaron cortas debido a la coyuntura económica, lo que obligó a Obama a enfocarse en las deportaciones, llevándolo a “deportar a casi 3 millones de mexicanos”, expone.

No obstante, en temas como el educativo, las relaciones durante el mandato de Obama se fortalecieron, pues se estrecharon los lazos no sólo entre EE.UU. y México, sino en general en toda América del Norte, agrega.

En tanto, Villamour refiere que los avances de las relaciones entre México y EU pueden ser los que no están en los periódicos, aquellos que tienen que ver más con lo institucional que con lo pragmático o incluso, dice, se podría ver el acercamiento de empresas estadounidenses a México, sobre todo en el ámbito agroindustrial, lo cual se ha dado recientemente.

La iniciativa Mérida. Esta medida binacional, que fue implementada durante el mandato de Obama -y negociada por George W. Bush-, pretendía fortalecer el intercambio de información así como de tecnología de EE.UU. hacia México, con el propósito de combatir a las redes del crimen organizado; sin embargo, señala Gallegos, esta propuesta se fue agotando debido a la dinámica de la política interna.

“En el caso de Estados Unidos, tiene que ver con la configuración del Senado de ese país y, particularmente, con las mayorías que generan los republicanos después del 2010, que bloquearon prácticamente la entrega de recursos financieros que habían sido comprometidos en la iniciativa, dejando entrever una entrega de recursos intermitente e ineficiente”, acota Gallegos.

Por su parte, Villamour expone que la falta de recursos e importancia de la cual carece la Iniciativa Mérida se debe a la diversificación que está buscando EU en sus posiciones al exterior, las cuales se ubican en Medio Oriente con el combate al terrorismo y a Isis.

Esto no quiere decir que la “Iniciativa Mérida deje de ser importante para EE.UU. (...), sigue siendo un margen de acción importante y que consolida un proyecto expansivo y de dominación en la región, pero en este momento las amenazas para EU le ha permitido, en esa escala de oportunidad, llevar su área de influencia a la región latinoamericana”, acota.

El control de armas. El periódico The New York Times dio a conocer las operación Rápido y Furioso, organizada por autoridades de inteligencia estadounidense y que pretendía enviar armas a México y rastrearlas hasta las entrañas de las organizaciones criminales mexicanas; no obstante, el monitoreo se interrumpió, hasta que, meses después, un agente fronterizo estadounidense fue asesinado por una de estas armas.

Para Villamour, esta operación reveló las debilidades institucionales que hay en México, las cuales representan un dolor de cabeza a escala estructural y son una realidad.

“Existen vicios de poder por el llamado establishment estadounidense que se traduce en una conexión directa con la clase política mexicana, es decir, hay una clase de ligadura entre los intereses estadounidense, más que para los mexicanos, y que surgen efectos para la clase política mexicana mas no para la sociedad”, detalla.

Añade que el tema de las armas se le salió de las manos a Barack Obama, los constantes tiroteos en escuelas de EU mostraron lo profundo del problema que ahora se desborda por las fronteras. “Los estadounidenses quizá no conozcan los artículos de su Constitución, pero sí el número dos: el derecho a la portación de armas”.

Por su parte, Gallegos enfatiza que el tema de control de armas tuvo un avance nulo o incluso un retroceso durante la administración de Obama, el ejemplo, dice, es la venta de armas semiautomáticas, el armamento predilecto estadounidense y que se ha mantenido constante durante años.

George W. Bush incluso logró regular en algún escalón la venta de este tipo de armas, algo que Obama nunca pudo cumplir, concluye Gallegos.

Autores

El Economista (México)