Un nuevo cerco asedia a unos 10.000 yazidíes en el norte de Irak, que no quisieron renunciar a sus granjas en la zona. Los islamistas confirman que esclavizan a sus mujeres como botines de guerra.
Miles de yazidíes están cercados en las montañas de Sinyar, en el norte de Irak, informó este lunes la página de noticias kurda Rudaw, basándose en informaciones proporcionadas por un comandante de la milicia kurda, un peshmerga. Al parecer, los extremistas controlan ahora todos los accesos a la meseta en la frontera con Siria. Previamente, los yihadistas habían cerrado los accesos a la montaña del lado iraquí.
La semana pasada, combatientes del EI tomaron tres pueblos kurdo-sirios y cerraron de esa forma los últimos caminos de huída de la meseta hacia Siria. A principios de agosto, quedaron encerrados en la montaña unos 80.000 refugiados yazidíes del norte de Irak, después de que el EI controlara los alrededores. Muchas personas murieron por falta de agua y agotamiento. Combatientes peshmerga pudieron romper el asedio del EI con ayuda de ataques aéreos de Estados Unidos. Muchos yazidíes fueron albergados en los campamentos de refugiados de la región autónoma kurda en el norte de Irak.
Mujeres y niños como botines de guerra. Por otra parte, Estado Islámico aseguró en su revista digital Dabiq, que ha esclavizado a familias de la minoría yazidí tras atacar sus ciudades en el noroeste de Irak, asegurando que, de esta manera, recuperan la antigua costumbre de usar a mujeres y niños como botines de guerra. El grupo ofrece así una justificación religiosa por la esclavitud de "idólatras" derrotados.
"Tras su captura, las mujeres y los niños yazidíes fueron divididos según la sharia entre los combatientes del Estado Islámico que participaron en las operaciones en Sinjar", explica el artículo, escrito en inglés. El texto sobre la esclavitud confirma prácticas documentadas por Human Rights Watch, que afirma que las mujeres y las niñas yazidíes son forzadas a casarse con combatientes del Estado Islámico y enviadas desde Irak a Siria para ser vendidas.
El grupo ha perseguido a minorías étnicas y religiosas en el norte de Irak desde que tomó la ciudad de Mosul, en junio, matando y desplazando a miles de cristianos, chiíes shabak y turcomanos.