Se ha detectado presencia de colombianos para asesorar, planificar y montar los laboratorios destinados a la producción de drogas sintéticas y cocaína. Además, traen consigo las fórmulas de los narcóticos.

Una investigación de la Fiscalía contra la Narcoactividad confirma que colombianos han arribado al territorio de Guatemala para planificar, diseñar y construir narcolaboratorios.

Además, capacitan a los denominados cocineros —personas que se encargan de hacer las mezclas para la elaboración de las drogas de diseño—, y también les dan las fórmulas sobre las cantidades que deben utilizar de cada químico y el tiempo que lleva en los hornos.

Punto clave. Una fuente de la Fiscalía, que pidió no ser identificada por medidas de seguridad, confió a Prensa Libre que a raíz de la lucha frontal que México le ha hecho al narcotráfico, así como la internacionalización de los grupos y para el mejor control del producto, han puesto sus ojos en Guatemala por su posición geográfica como lugar propicio para la elaboración de los estupefacientes.

Añadió que en la mayoría de casos los narcolaboratorios son dirigidos por mexicanos que pertenecen a los carteles del Golfo, Sinaloa y Caballeros Templarios.

“Les es más rentable trasladar el producto ilícito terminado de Guatemala a su país, ya que mantienen presencia en distintas regiones del territorio, lo que les permite operar con total impunidad”, dijo la fuente.

En relación con los colombianos, indicó que se ha detectado su presencia para asesorar, planificar y montar los laboratorios destinados a la producción de drogas sintéticas y cocaína. Además, traen consigo las fórmulas de los narcóticos.

En ese caso se considera que se trata de químicos-biólogos, porque son quienes proporcionan los parámetros de las calderas, así como la cantidad de precursores químicos que deben ser mezclados.

Durante las incautaciones se ha logrado determinar que la materia prima proviene de países asiáticos.

Más de 20. Los registros de la Fiscalía reportan que en lo que va del año se han desmantelado siete narcolaboratorios, ubicados en Huehuetenango, San Marcos, Chimaltenango, Retalhuleu y Guatemala.

Los registros de Prensa Libre dan cuenta de que desde el 2011 a la fecha son más de 20 narcolaboratorios los que han sido desmantelados por las fuerzas de seguridad.

Las primeras estructuras localizadas eran artesanales, y con el transcurso de los años, esas organizaciones se han tecnificado a tal grado de que en Pueblo Nuevo Viñas, Santa Rosa, fue localizado el más industrializado.

En ese lugar se producían unas tres toneladas de narcóticos al mes, con un valor aproximado de Q50 millones (unos US$6,29 millones)

En el kilómetro 15 de Chuarrancho fue desmantelado el 12 de septiembre del 2012 el narcolaboratorio más grande de Centroamérica.

No es nuevo. Para Ronaldo Leiva, experto del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, la fusión de grupos del narcotráfico de Colombia y México no es reciente.

“La asociación de narcos mexicanos y colombianos no es nada nuevo. Esto es así porque los carteles mexicanos se adueñaron de la distribución en México después de la muerte de Pablo Escobar, y los colombianos se dedican a la producción de droga, principalmente cocaína”, afirmó Leiva.

Y en cuanto a la droga sintética o de diseño, agregó que esas organizaciones han determinado que es más fácil su elaboración y comercialización en países como Guatemala, además de que es difícil su ubicación, por las áreas montañosas en donde instalan los narcolaboratorios.

Leiva resaltó que en la fusión de carteles siempre se necesita de una alianza con guatemaltecos, para que sean estos los que hagan la intermediación.

Bajo costo y porosidad. Édgar Gutiérrez, director del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, señaló que para la elaboración de las drogas de diseño no sólo Guatemala está siendo usada como punto de producción provisional, sino también Honduras, y en escala mayor.

“Esto obedece a dos razones: la primera, por el bajo costo por la inmediatez hacia el mercado del norte, y la segunda, la porosidad de fronteras y de instituciones”, expresó.

Gutiérrez añadió que esta es una fase intermedia, porque en tres años aproximadamente las drogas de diseño serán fabricadas en Estados Unidos.

También refirió que Guatemala carece de tecnología para destruir los precursores químicos, los cuales dañan el medioambiente y la salud.

Diferencias. Cuando se incauta cocaína que está en tránsito por Guatemala, la Fiscalía ha logrado identificar su origen o bien su destino, por la figura troquelada que aparece en cada paquete de droga; pero en los narcolaboratorios es diferente, porque al momento de su desmantelamiento la droga sintética está en proceso.

Grupos. La semana pasada se dio a conocer que los carteles de la droga que operan en México se encuentran en la búsqueda de una nueva alianza que puede cambiar el mapa del narcotráfico en México.

Un despacho de la agencia EFE cita que el grupo Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de Carrillo Fuentes —de Juárez—, el de Beltrán Leyva y los Zetas participarían en el intento por hacer un “cartel de carteles”, publicó la agencia citando como fuente el diario Reforma.

Según agencias policiales de México y de EE. UU., representantes de esas mafias criminales celebraron una cumbre en junio recién pasado, en Piedras Negras, Coahuila.

Las autoridades identificaron como asistentes a la reunión a Rubén o Nemesio Oceguera, alias el Mencho —CJNG—; a Vicente Carrillo Fuentes, el Viceroy —cartel de Juárez— y a Alejandro u Omar Treviño, el Z40, cabeza visible de los Zetas.

Esos carteles tienen presencia en los estados de Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, estado de México, Hidalgo, Veracruz y Jalisco.

Viejo amigos. En México se encuentran detenido Joaquín el Chapo Guzmán y en Estados Unidos Waldemar Lorenzana, alias el Patriarca, quienes desde la década de 1990 mantenían un vínculo en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Lorenzana se declaró culpable de tráfico en una corte estadounidense.-Con información de agencia EFE