El mandatario boliviano aseveró que dispone de informes sobre las operaciones de una persona que se infiltró en los ministerios "haciendo buena letra" para incurrir en actos de corrupción.

La Paz. El presidente Evo Morales denunció hoy una campaña de guerra "sucia" contra su gobierno a cargo de una red de infiltrados detectada la semana pasada, y que involucró a funcionarios en ministerios del Poder Ejecutivo a su cargo.

"Tengo información confirmada que alguna gente externa, tomen en cuenta ministros y ministras, de afuera, con otro mandato, se infiltran para hacer quedar mal al gobierno y para desprestigiar al gobierno y al presidente", planteó este jueves Morales en un acto de relevo de un comandante policial en el Palacio Quemado, sede del Ejecutivo boliviano.

Insistió en que se trata de "otra forma de hacer campaña sucia contra el presidente y contra el proceso" que encabeza.

Aseveró que dispone de informes sobre las operaciones de una persona que se infiltró en los ministerios "haciendo buena letra" para incurrir en actos de corrupción.

Admitió que está sorprendido por el descubrimiento y desarticulación de una red de extorsión que operaba desde dos ministerios, y demandó a la Policía fortalecer el aparato de investigación contra la corrupción.

A finales de noviembre fue desarticulada una red delictiva integrada por los asesores del Ministerio de Gobierno, Fernando Rivera y Dennis Rodas, un alto funcionario del Ministerio de la Presidencia, José Manuel Antezana, y otros funcionarios que extendieron sus nexos a fiscales, jueces y otros operadores de justicia.

Este jueves fue la primera vez que el mandatario Morales refirió el caso de manera pública.

"Esta red de extorsionadores usa seguramente al ministro, a la institución, tal vez no pueden robar en el Ministerio de Gobierno, de la Presidencia, y desde ahí se organizan para extorsionar, chantajear, usar fiscales y jueces", sostuvo.

Rivera, Rodas y Antezana, y otros miembros identificados y detenidos de la organización delictiva, fueron remitidos a la cárcel.

De acuerdo con las investigaciones, los acusados operaban en casos en los que estaban en juego altas sumas de dinero, y ofrecían fallos favorables a cambio de dádivas.

El estadounidense Jacob Ostreicher, detenido por legitimación de ganancias ilícitas, denunció que le exigieron 50.000 dólares para favorecerlo judicialmente.

La investigación del caso desembocó en la desarticulación de la red y en la presentación de una serie de denuncias de otros hechos de extorsión.

Morales demandó a los ministros de Estado denunciar ante la Fiscalía o el Ministerio de Lucha Contra la Corrupción cualquier hecho de corrupción, y aseguró que su gobierno "va a combatir" esos ilícitos.