El "No" venció en el referendo con el 51,30% de los votos frente al 48,70% del "Sí" al final del cómputo del 99,72% de las actas escrutadas, según datos del Tribunal Supremo Electoral.
Los resultados de un escrutinio oficial acabaron el martes con la posibilidad de que el presidente boliviano, Evo Morales, busque un cuarto mandato, al confirmar que perdió un referendo necesario para reformar la Constitución.
El "No" venció en el referendo con el 51,30% de los votos frente al 48,70% del "Sí" al final del cómputo del 99,72% de las actas escrutadas, según datos del Tribunal Supremo Electoral.
El resto de los puntos porcentuales no influye en el resultado y son las actas que falta contabilizar o mesas en las que se debe repetir la votación.
Morales ocupa la presidencia desde el 2006 y pretendía reformar la Constitución para poder postularse para gobernar el país del 2020 al 2025.
El líder de centroizquierda llevó a cabo un exitoso programa en base a la explotación de las materias primas -principalmente el gas- del país, que permitió un fuerte crecimiento de la economía y una disminución de la pobreza.
Pero tras ganar los comicios presidenciales del 2015 con el 61% de los votos, su imagen se vio afectada este año por una denuncia de tráfico de influencias y por la muerte de seis funcionarios durante un incendio intencional de la Alcaldía de El Alto, en manos de la oposición.
"Son resultados al 99% que son irreversibles (...) este es un paso muy importante porque yo creo que gana la democracia, gana Bolivia y este es un triunfo de todos las bolivianas y bolivianos", declaró el político opositor Samuel Doria Medina.
El ministro de Obras Públicas, Milton Claros, dijo al canal de televisión privado PAT: "El pueblo es el que decide, el pueblo es el que toma las decisiones sobre la consulta que se ha planteado. Para nosotros es una alegría que la participación de la ciudadanía haya sido masiva".
El analista político Iván Arias interpretó el resultado como una expresión del deseo popular de cambio. "Yo creo que el voto de las urnas es un mensaje muy claro: el 22 de enero del 2020 la gente quiere ver otra persona en el Palacio de Gobierno. Renovación, rotación, alternancia, eso es lo que está pidiendo".
"Yo creo que el Gobierno tiene el gran desafío de convertir esta derrota en victoria, sentándose a concertar una agenda anticrisis, tiene la tarea de generar un proceso interno que no sea doloroso. Yo tengo mucho miedo que al interior del MAS (Movimiento al Socialismo) empiecen las guerras internas", dijo Arias.