El gobierno boliviano anunció hace poco que tiene elaborado un plan de lucha integral contra el narcotráfico. Lo ha denominado Programa País y en los próximos días será expuesto en Madrid, España, ante representantes de países de peso decisorio en la cooperación multilateral.
La Paz. Programa País, es el nombre del plan de lucha integral que ha confeccionado el gobierno de Evo Morales en su lucha por combatir el narcotráfico. En este sentido, abarca acciones referidas al desarrollo integral y protección al medio ambiente; la lucha contra el crimen organizado; la gobernabilidad y el combate a la corrupción; la prevención del delito y, por último, la investigación.
Cada uno de tales rubros conforma la densa madeja que nos representa el narcotráfico, cuyos hilos principales, sin duda alguna, parten de un descampado laboral que obliga a muchos pobladores rurales a buscar la subsistencia en los cocales de Chapare y los Yungas, así como de la manifiesta impotencia policial, originada en la carencia de los suficientes recursos económicos y humanos para reducir el mal a su mínima expresión.
Las falencias referidas se hacen patentes, sobre todo, en las tareas de investigación y prevención. Tras romper con la DEA y expulsar a ésta del país, Bolivia quedó aislada del circuito de información que permite seguir la pista de las grandes bandas del narcotráfico, de sus nexos en el país y de las rutas utilizadas para su infame tráfago.
A esta circunstancia se debe el actual y ostensible incremento del narcotráfico en Bolivia. Se han vuelto ya recurrentes los casos de hallazgos de plantas clandestinas de elaboración de cocaína, según declaraciones reproducidas por La Prensa.
El gobierno boliviano estima el financiamiento global del programa en la suma de $59 millones, cifra demasiado alta para una economía boliviana que aún no le garantiza al Estado los ingresos en el nivel que le exigen los retos del presente, entre los que figuran precisamente la lucha contra el narcotráfico.
Por eso, miembros del gobierno irán a la insigne cita de Madrid, con la mano extendida a la cooperación multilateral, en la esperanza de que ésta se sensibilice y le proporcione los recursos que Bolivia no tiene para llevar adelante el plan.