El detenido empresario peruano, Martín Belaunde, ahora apuesta todo a un fallo favorable en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para frenar su regreso a tierra natal.
La Paz. El ex asesor presidencial peruano Martín Belaunde dijo hoy que teme por su vida si lo trasladan desde Bolivia a una prisión de su país, luego de que La Paz avalara la extradición solicitada por Lima bajo cargos de corrupción.
El detenido empresario peruano ahora apuesta todo a un fallo favorable en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para frenar su regreso a tierra natal.
"Yo estoy seguro que mi vida corre peligro en Perú, llego a una cárcel en Perú, lo más probable es que me maten", dijo Belaunde durante una entrevista con Reuters en La Paz.
Belaunde llegó en diciembre en Bolivia escapando de Perú. Pero las autoridades bolivianas rechazaron su pedido de asilo político y esta semana autorizaron extraditarlo.
El ex asesor presentó una solicitud a la CIDH hace unas dos semanas para que se revea su caso, mientras corre la cuenta regresiva de 90 días calculados por las autoridades bolivianas para que se concrete su extradición.
"Esperamos que se pronuncie lo antes posible porque es un caso urgente. De no hacerlo, estarían permitiendo que se violen mis derechos aquí", dijo.
Belaunde ha dicho que es inocente de los cargos de peculado y de asociación ilícita y aseguró ser un chivo expiatorio que ha sido acusado con pruebas falsas.
Belaunde tuvo una activa participación como asesor y publicista en la primera campaña electoral de Humala, en el 2006, y colaboró de forma esporádica en la campaña para las elecciones del 2011, cuando llegó a la presidencia de Perú.
Aunque aseguró que no fue un jefe de campaña de Humala, Belaunde detalló que sí fue un "activo participante dentro del pequeño comité de campaña". Sin embargo, dijo que no tuvo más lazos con Humala después de la última carrera presidencial.
"Yo en Perú no puedo tener justicia", dijo. "La izquierda no me apoya (...), la derecha peruana me quiere destruir (...) y el presidente, la primera dama y todo su partido político, que antes eran mis amigos, me 'chancan' (critican) a mí para decir que este es un caso personal, único y este es un delincuente".