La corte federal de apelaciones estadounidense rechazó el argumento de Noriega que sostenía que su extradición violaría sus derechos bajo la Convención de Ginebra, que rige el trato para los prisioneros de guerra.
París. El ex dictador de Panamá, Manuel Noriega, arribó este martes a París procedente de Estados Unidos luego de ser extraditado a Francia, donde fue condenado por cargos de lavado de dinero.
Noriega, un ex general de Ejército de 76 años, arribó al aeropuerto Charles de Gaulle poco antes de las 08.00 hora local (06.00 hora GMT) luego de ser sacado de su celda y colocado a bordo de un vuelo de Air France que partió de Miami.
Él alguna vez informante de la CIA, fue condenado en ausencia en Francia por lavar ganancias obtenidas por el tráfico de cocaína a través de bancos franceses y de usar el dinero para comprar tres apartamentos de lujo.
Sin embargo, Noriega puede solicitar un nuevo juicio en Francia.
Noriega fue capturado en Panamá en enero de 1990, dos semanas después de que tropas estadounidenses invadieron el país en la mayor intervención militar estadounidense hasta ese momento desde la Guerra de Vietnam.
Noriega, quien cumplió su sentencia de prisión en Estados Unidos por tráfico de drogas hace dos años, había permanecido en una prisión de Florida mientras peleaba contra su extradición a Francia.
Sus abogados sostienen que, como prisionero de guerra, debe ser enviado de vuelta a Panamá.
"Si la ley se aplica, no debería realizarse un juicio en Francia debido a la inmunidad judicial de un ex jefe de Estado", dijo Yves Leberquier, uno de los abogados franceses de Noriega, a la radio France Info.
Noriega había impugnado su extradición ante la Corte Suprema estadounidense, pero este tribunal confirmó un fallo de una corte federal de apelaciones que dictaminó que el Gobierno estadounidense puede enviarlo legalmente a Francia sin violar sus derechos como prisionero de guerra.
La corte federal de apelaciones estadounidense rechazó el argumento de Noriega que sostenía que su extradición violaría sus derechos bajo la Convención de Ginebra, que rige el trato para los prisioneros de guerra.
El Gobierno estadounidense apoyó la solicitud de extradición de Francia y dijo que la Convención de Ginebra no se aplicaba al caso de Noriega.