El candidato estuvo liderando el último año los sondeos de opinión y ahora encara el desafío de mantenerse en el segundo lugar en medio del avance de sus rivales, entre ellos el exlegislador Yonhy Lescano que tiene un discurso radical y representa al viejo partido Acción Popular.
Lima. George Forsyth, un exarquero de fútbol e hijo de una ex Miss Chile, dice que tener 38 años es una ventaja para ser presidente de Perú ante el "hartazgo" de una nueva generación que ha visto a sus políticos envueltos en innumerables casos de corrupción.
El candidato, que viste casi siempre jeans y polera, estuvo liderando el último año los sondeos de opinión y ahora encara el desafío de mantenerse en el segundo lugar en medio del avance de sus rivales, entre ellos el exlegislador Yonhy Lescano que tiene un discurso radical y representa al viejo partido Acción Popular.
"Mi juventud es un punto a favor, tenemos la energía, las ganas, representamos el hartazgo de una generación que ya no cree en los políticos", dijo a Reuters Forsyth, en su oficina de campaña en el barrio residencial de Miraflores, en Lima.
"Es la 'mismocracia', los políticos antiguos de siempre nos tienen miedo", afirmó el representante del partido conservador Victoria Nacional.
Perú ha transitado en las últimas dos décadas por constantes escándalos de corrupción, que han llevado a tres expresidentes a prisión preventiva o domiciliaria. Otro se suicidó para evitar ser apresado en medio de investigaciones por lavado de activos.
El año pasado, el entonces presidente Martín Vizcarra fue destituido de su cargo por el Congreso por acusaciones de corrupción, aún no probadas. Su sucesor renunció en menos de una semana en medio de airadas protestas y asumió como mandatario interino el centrista Francisco Sagasti.
Forsyth, que nació en Venezuela cuando su padre trabajó en la embajada peruana en Caracas y ahora es embajador en Japón, jugó para el equipo peruano Alianza Lima, la selección nacional de Perú y como reserva del Borussia Dortmund en Alemania antes de dejar el fútbol y dedicarse a la política distrital el 2010.
El candidato dice que no quiere ser encasillado en la ideología de izquierda o derecha y que el desinterés hacia la gente pobre ha sido el combustible para las protestas sociales que han generado crisis políticas en las últimas décadas.
Pero "hay situaciones donde tienes que tomar decisiones que son más de izquierda y otras que son más de derecha", respetando la iniciativa privada en una economía social de mercado, dijo.
"Solo una cara bonita". Analistas dicen que la carrera de Forsyth, que es liberal en lo social, está bajo amenaza y que su mayor reto es quedar entre los dos primeros lugares en los comicios del 11 de abril, para definir la presidencia en un balotaje el 6 de junio.
Lescano pasó a liderar la carrera con un 13%, según un sondeo de Datum difundido el martes. Forsyth quedó en el segundo lugar con 7%, igual que el ultraconservador Rafael López Aliaga -visto a nivel local como la versión peruana de Jair Bolsonaro- y la exlegisladora y derechista Keiko Fujimori.
Pero un 37% de peruanos afirma que no sabe por quién votar, que no apoyaría a ningún postulante o que anularía su voto, cuatro puntos más que en el sondeo anterior, según Datum.
"Es muy difícil", dijo el politólogo Fernando Tuesta. "El elector es ciertamente voluble en Perú y comienzan a fijarse ya en aquellos que tienen a estas alturas mayores posibilidades".
Los rivales de Forsyth -que fue alcalde de un populoso distrito limeño y es apodado "Ken" por su parecido al novio de la muñeca Barbie- dicen que su punto débil es su inexperiencia.
"Solamente es una cara bonita, pero no está preparado", dijo Rubén Berrocal, un empleado de 45 años. "Lo que Perú necesita es un presidente con sabiduría para sacarnos de esta crisis".
Forsyth afirma, sin embargo, que tiene la fórmula para reactivar el país que sufre de la pandemia del coronavirus y la caída de 11% de su economía el 2020, la peor en tres décadas.
"Lo mas importante hoy es generar un clima de estabilidad, de confianza", dijo en referencia a la constante incertidumbre política y de conflictos por la explotación de recursos.
Para revertir este escenario plantea crear un "fideicomiso" minero, que lo manejaría la comunidad que alberga los recursos, la empresa y el Estado, y que se alimentaría de un 20% de todas las regalías y derechos que pagan las firmas del sector.
"De esta forma generas una bolsa que es manejada por estos tres actores y de esta forma garantizamos el desarrollo justamente de la comunidad afectada", manifestó.
Su mensaje de romper con el pasado tiene mayor resonancia entre la juventud, que encabezó las protestas el año pasado.
"Es un candidato fresco, no está contaminado", dijo Rossy Malpartida, una vendedora ambulante de bebidas gaseosas de 32 años, que afirma que votará por Forsyth.