"Lo de Nisman fue un homicidio. No importa si el gatillo lo apretó un sicario, un yihadista o la propia víctima. No se quería que expresara frente al Congreso mostrando las pruebas que tenía de la brutal denuncia que había hecho", dijo Toma en una entrevista con el diario El País de Montevideo.
Montevideo. Miguel Ángel Toma, ex titular de la Secretaría de Inteligencia de Argentina, está convencido de que al fiscal Alberto Nisman lo mataron y no descarta que detrás de su muerte esté Irán, según dijo en una entrevista publicada este miércoles.
"Lo de Nisman fue un homicidio. No importa si el gatillo lo apretó un sicario, un yihadista o la propia víctima. No se quería que expresara frente al Congreso mostrando las pruebas que tenía de la brutal denuncia que había hecho", dijo Toma en una entrevista con el diario El País de Montevideo.
El fiscal fue hallado muerto en la víspera de su comparecencia en el Congreso para detallar la denuncia contra la presidenta Cristina Fernández y algunos de sus colaboradores por presunto encubrimiento de los autores del atentado de 1994 contra la organización judía AMIA, que causó 85 muertos y sigue sin resolverse.
Toma, quien fue secretario de la inteligencia argentina en 2002 y 2003, durante el Gobierno de Eduardo Duhalde, expresó su opinión sobre la autoría intelectual del supuesto crimen.
"No tengo la certeza. En virtud de lo que yo estoy viendo del desarrollo de la investigación no descarto que acá haya una participación iraní en este hecho. Una operación de un sicario profesional sale cinco mil dólares. Hace el trabajo y enseguida se toma el avión. No deja pistas", señaló.
A su juicio, la muerte de Nisman es "funcional" con el objetivo de que no hiciera públicas sus denuncias ante el Congreso. "La exposición de Nisman hubiera sido un escándalo de mayúsculas proporciones. La muerte, de hecho, va a congelar esa misma denuncia", subrayó.
Para argumentar esta afirmación, Toma consideró que al exdirector de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia Antonio Stiusso "lo echaron. Y Nisman está muerto. ¿Qué se logró con eso?".
Se trata, recalcó, de "la desactivación de quienes habían impulsado, desde el punto de vista judicial y el punto de vista operativo, la investigación. Por suerte al juez de la causa, Ariel Lijo, no se lo va a condicionar así no más".
Según algunas informaciones de prensa y de los allegados del fiscal, Stiusso le habría advertido a Nisman de que tuviera "cuidado" con su custodia, integrada por diez hombres de la Policía Federal Argentina.
En una carta publicada en su blog, la presidenta argentina señaló el pasado 22 de enero que al fiscal Alberto Nisman "le plantaron pistas falsas" para denunciar al Poder Ejecutivo.
"Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible", expresó la mandataria.
Fernández arremetió especialmente contra Stiusso, quien renunció a su cargo a fines de diciembre pasado.
Según la presidenta, el juez de la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, "se ha referido críticamente a la participación del ingeniero Stiusso, manifestando que en lugar de colaborar, terminó dirigiendo la investigación".
"Personalmente creo que hacía algo más que dirigirla. Los hechos hablan por sí solos", remarcó la Presidenta.
Toma calificó estas acusaciones de "mentira" y rechazó las voces que implican al ex espía en la muerte de Nisman.
"Es no conocer a Stiusso. Es no conocer la relación que Stiusso y Nisman tenían. Eran muy amigos. Era una relación construida por un trabajo compartido que llevó a establecer fehacientemente la responsabilidad de Irán. (...) Decir que Stiusso puede tener algo que ver con esto es crear un nuevo mito urbano", añadió.
Según publicó este miércoles el diario uruguayo El Observador, el exdirector de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia estuvo en Uruguay hasta 72 horas antes de la muerte del fiscal Nisman y luego viajó a Buenos Aires.
El mismo diario se hace eco de unas informaciones difundidas por la revista argentina Noticias, en las que se afirma que Stiusso podría haber pedido asilo en el país vecino.
Sin embargo, el subsecretario uruguayo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Porto, desmintió hace dos días que esa situación se hubiera dado.