Durante su gobierno, Pastrana debió abortar un plan para alcanzar una solución negociada con las FARC ante la intensificación de los ataques y los secuestros de los rebeldes.

Bogotá. El escenario que rodea el nuevo intento de lograr la paz en Colombia hace que la misión sea más difícil que hace 13 años, porque parte con dudas sobre la unidad de la guerrilla y sin el apoyo público necesario que permita al presidente Juan Manuel Santos llegar blindado a la mesa de discusiones.

La advertencia la hizo el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, quien durante su gobierno debió abortar su plan para alcanzar una solución negociada al violento conflicto interno más largo del hemisferio ante la intensificación de los ataques y los secuestros de los rebeldes.

El gobierno de Santos y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciarán en octubre una negociación de paz en Oslo.

"En mi caso, a mí me eligieron para hacer la paz (...) y el cien por ciento del país me acompañó", afirmó Pastrana el martes en una entrevista con Reuters.

"Al presidente (Alvaro) Uribe lo eligen para hacer la guerra y el ciento por ciento del país lo apoyamos en ese tema. Al presidente Santos las encuestas muestran que es un país dividido", agregó.

Una reciente encuesta de la firma privada Napoleón Franco mostró que un 77% los colombianos aprueba la decisión del presidente de negociar con la guerrilla, mientras que un 23% la rechaza.

Durante el gobierno de Pastrana, quien inició la negociación en 1999 y la concluyó en el 2002, los sondeos le daban un respaldo casi absoluto para buscar la paz, mientras que su sucesor Uribe tenía un apoyo similar para combatirlas.

Santos fue elegido después de Uribe para mantener la ofensiva militar contra la guerrilla. Entonces su decisión de volver a dar una oportunidad a la paz ha provocado división y duras críticas de un sector de la clase política, encabezado por su antecesor.

El riesgo de los ataques. Pastrana, un abogado de 58 años, dijo que otro riesgo para el proceso es la posibilidad de que las FARC intensifiquen sus ataques para demostrar fortaleza o que la ultraderecha los haga para entorpecer el proceso.

El anuncio del diálogo fue antecedido de una escalada de ataques de la guerrilla que afectaron al sector petrolero y minero, claves para la economía del país exportador de crudo, carbón, café y flores.

Aunque algunos críticos de la negociación temen que las FARC aprovechen el proceso para reorganizarse y tomar oxígeno, Santos anunció que no dará tregua a la guerrilla y ordenó a las Fuerzas Militares intensificar las operaciones.

En opinión de Pastrana, una escalada de ataques dejaría sin espacio al presidente para mantener la negociación y lo obligaría a tomar decisiones "duras", como le sucedió a él.

Sin líder único. Otro punto que destacó fue que cuando su gobierno inició la negociación, la guerrilla tenía una unidad monolítica en torno a la figura de Manuel Marulanda Vélez, alias "Tirofijo", el fundador y entonces máximo líder de las FARC quien murió de un ataque al corazón en el 2008.

"En el caso de la negociación nuestra uno sabía que cuando Marulanda estaba y tomaba una decisión era monolítica esa decisión. ¿Hoy esa decisión es monolítica o habrá frentes que se quieran quedar con el negocio del narcotráfico o que no quieran entrar en un proceso de paz?, esa es una duda que todavía tenemos los colombianos", se preguntó.

Los representantes de las FARC dijeron hace dos semanas en la capital de Cuba que había plena unidad en sus filas frente al proceso de paz, pero fuentes de seguridad han sugerido que algunos frentes insurgentes y comandantes involucrados en la producción y el tráfico de cocaína no están de acuerdo.

Pastrana llamó la atención sobre la ausencia en el equipo negociador de la guerrilla de comandantes que representan el sector militar como Joaquín Gómez, quien pertenece al Bloque Sur, uno de los más activos y vinculado con el narcotráfico.

"Llama la atención por ejemplo que gente como Joaquín Gómez no esté ahí en la mesa, un tipo que mantiene el control militar (...) y está en donde está el corazón del narcotráfico", afirmó.

Sentado en su oficina en un piso alto de un edificio del norte de Bogotá, Pastrana, dedicado a dictar conferencias y a asesorar a empresas privadas, destacó que las críticas de opositores y del ex presidente Uribe empañarán el proceso.

Para Uribe, el gobierno de Santos es responsable de un aumento de la inseguridad y de los ataques de la guerrilla y eso lo pone en desventaja frente a las FARC, que siguen mostrando poder para hacer atentados aunque fueron debilitadas por una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos.

"No va a ser facil". Pese al complicado panorama, Pastrana respaldó los esfuerzos de Santos por la paz y dijo que la solución al conflicto debe ser política, aunque hay voces que claman la vía militar partiendo de que en los últimos 10 años la guerrilla ha sufrido la pérdida de comandantes y la deserción de miles de sus filas.

"No va a ser fácil, hacer la paz es difícil, por eso creo que hay que acompañar al presidente en este proceso", aseguró el político, quien advirtió que no es bueno limitar el plazo para el logro de un acuerdo.

Santos dijo que la negociación con las FARC podría concluir en ocho o nueve meses, pero el grupo considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea advirtió que no se le debe poner un tiempo tan corto.

Pastrana también reconoció que el proceso podría tardar por la complejidad de los temas sobre la mesa que incluyen desarrollo rural, garantías para el ejercicio de la oposición política, fin del conflicto, narcotráfico y derechos de las víctimas.