El primer presidente indígena de Bolivia cumplió el pasado 22 de enero diez años al frente de la administración gubernamental del país andino amazónico y llegó a esa fecha como el mandatario que más tiempo, de manera continua, estuvo al frente del Ejecutivo.
La Paz. El rechazo en referendo a la reforma parcial de la Constitución para una segunda reelección presidencial continua, muestra a una Bolivia polarizada con un llamado a la renovación de liderazgos en el oficialismo y oposición, de acuerdo al análisis de expertos politólogos.
Además consideran que el partido oficialista tiene la oportunidad de demostrar y ratificar que es un instrumento político estructurado y el más grande de la historia nacional con capacidad de renovar nuevos cuadros y seguir gobernando.
En cambio en la oposición el panorama es más complicado porque se muestran decenas de líderes regionales, pero ninguno con capacidad de aglutinar en un solo bloque tal cual se repitió desde hace 10 años. En consecuencia su desafío inmediato será trabajar en la unidad y proponer un programa cautivador para vencer al Movimiento Al Socialismo (MAS) en los comicios de 2019.
Estas son algunas conclusiones del presidente del Colegio de Politólogos de La Paz, Ludwing Valverde; el politólogo y docente de la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Marcelo Silva; y el ex ministro de Gobierno y politólogo, Hugo Moldiz, quienes manifestaron sus perspectivas a la Xinhua sobre la victoria del No y la derrota del Sí en el referendo en el país andino amazónico.
Para Moldiz, los resultados electorales obligan a redoblar esfuerzos al oficialismo para hacer una "excelente" gestión gubernamental que le permita enfrentar las elecciones del 2019 sin la figura de su líder histórico Morales.
En consecuencia, dijo que deberá mantener la estabilidad política, económica y social, si quiere que el reemplazante de Morales tenga buenas posibilidades de ser ganador en la próxima cita electoral.
Ese criterio fue respaldado por el analista Silva quien manifestó que lo fundamental es darles "certidumbre" a los bolivianos y mantener la confianza internacional para evitar que bajen las inversiones ante eventuales dubitaciones por el futuro político de Bolivia.
"Los resultados del referendo son un pronunciamiento de la gente que no quiere que se cambie la Constitución y que no haya la segunda reelección continua, no se votó por la forma de hacer gobierno o plan gubernamental, por eso el MAS debe hacer todos los esfuerzos por mostrar un gran trabajo, eso seguramente permitirá seguir en el poder", aseveró.
En cambio Valverde cree que a partir de estos resultados, tanto opositores como oficialistas deben pensar seriamente en renovar cuadros y construir nuevos liderazgos. "Lo cierto es que los resultados muestra una Bolivia polarizada por las dos opciones, eso cambiará dependiendo del la buena gestión", agregó.
Considera que el partido gobiernista es el que sigue llevando una gran ventaja respecto a las diferentes corrientes de oposición, pues tiene un partido consolidado, voto duro de casi el 50 por ciento, una gran estructura, están en el gobierno y sólo deben definir el nuevo candidato presidencial.
"En cambio la oposición tiene multiplicidad de corrientes, decenas de líderes locales que no lograr llegar más allá de su región, está fragmentada, no tienen plan de gobierno, además deben construir estructura y definir su proyecto", manifestó el experto.
El primer presidente indígena de Bolivia cumplió el pasado 22 de enero diez años al frente de la administración gubernamental del país andino amazónico y llegó a esa fecha como el mandatario que más tiempo, de manera continua, estuvo al frente del Ejecutivo.
Su mandato actual concluye en enero de 2020, aunque su objetivo era mantener la presidencia hasta el 2025 para completar la Agenda 2025.
Morales asumió la presidencia de Bolivia en enero de 2006 merced a la victoria electoral en diciembre de 2005 con el 54% de votos y acortó su mandato en 2009 para habilitar nuevas elecciones una vez aprobada la nueva Constitución Política del Estado.
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El 2009 el líder indígena ganó nuevamente las elecciones generales con el 63% de los votos, equivalentes a dos tercios. En octubre de 2014 derrotó por tercera vez consecutiva a sus opositores con el 62% para el periodo 2015-2020 y consiguió más de los dos tercios en la Asamblea Legislativa.
Este 21 de febrero en el referendo constitucional fue la primera vez que salió derrotado y no podrá habilitarse como candidato a una nueva reelección en comicios de 2019 para el periodo 2020-2025.
Implicancia en la región. El analista Silva cree que no se debe perder el horizonte desde la perspectiva del gobierno y el contexto internacional, pues considera que la administración de Morales mantiene su influencia y relación con los países como corresponde hacia el año 2020.
"En Bolivia no se ha votado para cambiar un gobierno, es decir no hubo revocatorio, tampoco hubo elecciones presidenciales, sino fue un referendo constitucional, por tanto el partido de izquierda progresista de Morales puede seguir en el poder después del 2020, siempre y cuando mantenga cautivando a la ciudadanía con sus políticas y estabilidad", aseveró.
Según el ex ministro Moldiz, Morales continuará como líder de la izquierda de la región y persistirá con su principio antiimperialista, al igual que su "buen relacionamiento" con los demás países de la región.
"Bolivia es y seguirá siendo ejemplo de la izquierda de la región siendo independiente, soberana, digna, con mejor crecimiento económico, apostando a la industrialización, convertirse en centro energético de Sudamérica, exportador de energía eléctrica, todo estos elementos perfilan que el MAS tiene para largo en el gobierno, esa certidumbre se dará a los demás países", aseveró.
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A decir del politólogo Valverde, la derrota de Morales de alguna u otra forma es otro golpe a la izquierda de la región, luego de la fracaso en Venezuela en las elecciones legislativas, la caída del kirchnerismo en Argentina.
"La derrota de Morales profundiza la crisis de la izquierda progresista de la región, pues afecta a las expectativas de solidez que se había construido en torno a Morales; con esto los caudillos del ALBA se van acabando", aseveró.
Aunque admitió que el partido de Morales tiene la prueba de fuego en estos cuatro años para demostrar a la comunidad internacional que es un partido consolidado capaz de gana elecciones en 2019 sin la figura del líder indígena, sino por gestión y un buen programa de gobierno.