Este lunes fue capturado Jesús Santrich, un antiguo negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y se evalúa su extradición a EE.UU., una acción que ha generado el rechazo de la antigua guerrilla.
Bogotá. El acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y la antigua guerrilla de las FARC corre el riesgo de fracasar por la captura y posible extradición a Estados Unidos de un fututo congresista del partido surgido de la insurgencia, quien está acusado de narcotráfico, dijo este martes un líder de la organización.
Jesús Santrich, un antiguo negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el diálogo de paz en Cuba, fue capturado este lunes en Bogotá por solicitud de una corte del Distrito Sur de Nueva York, que lo acusa de estar implicado en una conspiración para exportar 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
"Con la captura de nuestro camarada Jesús Santrich el proceso de paz se encuentra en su punto más crítico y amenaza ser un verdadero fracaso", dijo el dirigente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Iván Márquez, en una conferencia de prensa.
El alto comisionado para la paz del Gobierno, Rodrigo Rivera, admitió que con la captura de Santrich la implementación del acuerdo enfrenta un momento difícil, aunque confió en que se pueda superar el impasse.
Márquez, quien ocupará uno de los 10 asientos de la FARC en el Congreso como quedó establecido en el acuerdo de paz, calificó como un "montaje" la captura de Santrich y solicitó una reunión urgente a la Misión de las Naciones Unidas y al Gobierno para tratar la delicada situación.
"Es una farsa que ha sido montada mediáticamente para poder engañar a la opinión colombiana y a la opinión internacional. La extradición sería la violación de los acuerdos, el fracaso del proceso de paz que se convertiría en un proceso fallido", insistió Márquez.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC firmaron en noviembre del 2016 un acuerdo para poner fin a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados.
Bajo los términos del acuerdo, más de 12.000 integrantes de la antigua guerrilla entre combatientes, auxiliadores y presos, abandonaron la lucha armada, depusieron sus armas y conformaron un partido político con el que debutaron, con una baja votación, en las pasadas elecciones legislativas de marzo.
Sin embargo, el acuerdo le garantiza a la FARC, que mantuvieron la misma sigla de la guerrilla, cinco asientos en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes hasta el 2026. Santrich, quien según las acusaciones cometió el delito después de la firma del acuerdo, ocuparía uno de los escaños en la cámara.