El programa prevé la protección económica y legal de los campesinos dedicados al cultivo de hoja de coca, amapola y marihuana, según el documento divulgado por el guerrillero Pablo Catatumbo.
La Habana. Las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) presentaron en La Habana un plan con vistas a regular la producción y el mercado de los cultivos ilícitos en ese país sudamericano "con base en el reconocimiento de sus cualidades alimenticias, medicinales, terapéuticas y culturales".
El programa prevé la protección económica y legal de los campesinos dedicados al cultivo de hoja de coca, amapola y marihuana, según el documento divulgado por el guerrillero Pablo Catatumbo previo al inicio de esta jornada de pláticas de paz en el Palacio de Convenciones de la capital cubana.
La sustitución de esos cultivos ilícitos es uno de los aspectos incluidos en el punto sobre el problema de las drogas y el narcotráfico, que actualmente debaten la guerrilla y el gobierno de Juan Manuel Santos.
Las FARC propusieron que la implantación del plan sea voluntaria, concertada con las comunidades campesinas y financiada en su totalidad por el Estado colombiano.
También plantearon que los territorios objeto del programa queden desmilitarizados y excluidos de cualquier proyecto de minería a cielo abierto y gran escala, o de exploración y extracción de hidrocarburos.
Según el grupo rebelde, el problema a enfrentar en la lucha contra las drogas y el narcotráfico no son los cultivos campesinos de coca, amapola o marihuana, sino sus usos ilícitos, de manera que "más que combatir la producción, de lo que se trata es de regularla o sustituirla".
El programa debe contar, además, con una "veeduría internacional" de seguimiento y control, "conformada por representantes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de la (Unión de Naciones Sudamericanas) Unasur, y de la comunidad académica".
Las FARC y el gobierno colombiano iniciaron negociaciones en noviembre de 2012 en La Habana, y consiguieron acuerdos en los dos primeros puntos de las pláticas, sobre la situación rural colombiana y la integración de los insurgentes a la vida política después de que se firme un tratado final.
Los otros dos asuntos pendientes de la agenda son los de víctimas y el fin del conflicto, más uno adicional sobre cómo se refrendarán e implementarán los acuerdos.