Luego de días de críticas cruzadas al interior del peronismo oficialista, motivadas por los resultados de la votación del fin de semana, Fernández dio un fuerte discurso en la casa de Gobierno para respaldar a Daniel Scioli.
Buenos Aires. La mandataria argentina, Cristina Fernández, dio este jueves un vigoroso apoyo al candidato oficialista a la presidencia, que en noviembre deberá enfrentar al opositor Mauricio Macri en un difícil balotaje tras su pobre desempeño en la primera rueda de la elección el domingo pasado.
Luego de días de críticas cruzadas al interior del peronismo oficialista, motivadas por los resultados de la votación del fin de semana, Fernández dio un fuerte discurso en la casa de Gobierno para respaldar a Daniel Scioli, el postulante que atraviesa una difícil coyuntura.
Si bien Scioli, del peronismo de centroizquierda, ganó la primera ronda presidencial con el 36,9% de los votos contra el 34,4% de Macri, opositor de centroderecha, el resultado fue mucho más ajustado que lo previsto y lo deja mal posicionado de cara a la segunda vuelta.
El partido del diputado Sergio Massa, que logró el 21,3% de los votos, dio un apoyo tácito a Macri, lo que podría complicar aún más las chances de Scioli, un ex empresario que nunca fue visto con buenos ojos por el núcleo duro de seguidores de la presidenta Fernández.
Muchos de esos seguidores temen que Scioli, más moderado que Fernández, abandone algunas de las políticas de fuerte intervención estatal en la economía que han caracterizado a la gestión del oficialista Frente para la Victoria.
Por eso la mandataria le dio un espaldarazo a Scioli.
"Los convoco a abandonar todo 'internismo'. Nos quieren dividir (...) Es imposible que todos seamos iguales. Lo importante son las políticas que se lleven adelante. Los nombres no importan", dijo la presidenta Fernández ante miles de entusiastas militantes.
Los cortocircuitos entre la mandataria y Scioli -actual gobernador de la provincia de Buenos Aires- no son nuevos, pero esta semana se intensificaron con críticas cruzadas entre sus allegados, que llegaron a acusarse públicamente por el mal resultado electoral.
El peronismo no sólo no sumó los votos esperados para la presidencia, sino que logró menos legisladores que los previstos y perdió el gobierno de una provincia clave como Buenos Aires.
Las palabras de la presidenta le sirven a Scioli para asegurar los votos de los seguidores del peronismo oficialista que dudan del actual gobernador de Buenos Aires.
Pero algunos analistas y asesores de Scioli han considerado que mostrarse al lado de Fernández, quien tiene una enérgica retórica populista rechazada por parte de los argentinos, podría restarle votos independientes al candidato.
El jueves, Scioli no asistió al acto en la Casa Rosada y no fue nombrado en ningún momento de forma directa por Fernández.
Luego de conversaciones entre el equipo de campaña de Scioli y miembros del Gobierno por la noche del miércoles, las tensiones en el seno del oficialismo parecieron disminuir, ya que no hubo nuevos reclamos.
Para retener los votos de los seguidores más fieles de Fernández, el candidato del oficialismo ha reafirmado que mantendrá algunas políticas clave del actual Gobierno, como la gestión estatal de la petrolera YPF y los subsidios a la pobreza.
"Me voy a mi casa (pero) no quiero ver que se desmorone lo que nos llevó años" lograr, señaló Fernández en referencia a una eventual victoria de la oposición liderada por Macri.
El balotaje entre Scioli y Macri será el 22 de noviembre.