En abril último, durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro realizó su último discurso en el que reafirmó las ideas políticas que marcaron su vida.
La Habana. El fallecido expresidente cubano Fidel Castro fue uno de los grandes protagonistas de los principales acontecimientos políticos del Siglo XX, como inspirador y participante directo.
En abril último, durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro realizó su último discurso en el que reafirmó las ideas políticas que marcaron su vida.
"A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos", señaló en esa ocasión.
Castro, quien falleció la noche de este viernes a los 90 años de edad, saltó a la palestra pública el 26 de julio de 1953, cuando al frente de un grupo de rebeldes atacó el Cuartel Moncada, la segunda fortaleza militar de Cuba, para iniciar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Aquella acción fracasó y Castro fue capturado y condenado a 15 años de prisión, pero salió de las rejas por presión popular y tras una amnistía que lo llevó al exilio en México, donde reorganizó sus fuerzas, armó una expedición que regresó a Cuba, el dos de diciembre de 1958, en una accidentada travesía en el yate Granma.
Tras poco más de dos años de lucha guerrillera, las fuerzas rebeldes a su mando tomaron el poder el 1 de enero de 1959, para iniciar una etapa considerada por muchos como un paradigma de justicia social y solidaridad con el tercer mundo y de enfrentamiento directo con Estados Unidos.
Washington, insatisfecho por el rumbo socialista del nuevo gobierno cubano instalado a unos 150 kilómetros de las costas estadounidenses, rompió relaciones en 1961 e impuso en 1962 un férreo bloqueo a la isla, contra la que aplicó todo su arsenal subversivo para derrocar a Castro.
Desde entonces, diez administraciones estadounidenses, desde Dwight Eisenhower a George W. Bush, intentaron de manera infructuosa acabar con la Revolución Cubana y según medios oficiales de la isla prepararon 638 intentos de asesinato, sobre todo desde la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Castro encabezó el enfrentamiento en 1961 a una invasión de cubanos desafectos, organizados y armados por Estados Unidos, que terminaron derrotados en menos de 72 horas en las arenas de Playa Girón o Bahía de Cochinos, en el sur de la occidental provincia de Matanzas.
Un año después, el gobierno de Castro fue protagonista también de la llamada Crisis de los Misiles o de Octubre, el punto más grave de la Guerra Fría, por la instalación en la isla de cohetes soviéticos con ojivas nucleares.
La decisión del entonces líder soviético, Nikita Kruschov, de retirar los misiles tras las amenazas expresadas por el presidente estadounidense John F. Kennedy fue considerada siempre por Castro como una afrenta por haber sido tomada al margen del gobierno cubano.
La Revolución Cubana, que resistió bajo el mando de Castro, pasó a ser un referente del movimiento insurgente de alcance continental en América Latina, donde cientos de miles tomaron las armas inspirados para enfrentar regímenes de derecha o sangrientas dictaduras respaldadas por Estados Unidos.
Castro también envió sus tropas a Africa para defender a varios gobiernos populares, en especial en Angola, donde el contingente militar cubano derrotó a las fuerzas sudafricanas y contribuyó a la desaparición del oprobioso régimen del apartheid.
Los vínculos entre Cuba y la Unión Soviética (URSS) se estrecharon aún más a partir de 1970, cuando fracasó el intento de producir en la isla diez millones de toneladas de azúcar, una ambiciosa meta que golpeó con fuerza a la economía cubana.
La caída del Muro de Berlín y la posterior desaparición de la URSS fueron un duro golpe político y económico para el gobierno de Castro que de la noche a la mañana perdió a su principal sostén político y económico.
Castro decretó entonces un programa de austeridad extrema conocida como Período Especial, que obligó a los cubanos a vivir en condiciones de supervivencia.
Sin embargo, al contrario de lo que auguraron muchos analistas políticos extranjeros, ni la desaparición del campo socialista europeo, ni el Período Especial pudieron hundir al gobierno, debido al apoyo mayoritario de la población cubana a la revolución y en especial al carismático liderazgo de Castro.
Los primeros problemas de salud del "Comandante en Jefe" llegaron el 23 de junio de 2001, cuando Castro sufrió un desvanecimiento momentáneo mientras pronunciaba un discurso bajo un sol abrasador en el sur de La Habana.
Tres años más tarde, el 20 de octubre de 2004 se fracturó una rodilla al caerse cuando bajaba de la tribuna después de encabezar un acto político en la ciudad de Santa Clara, en el centro de la isla.
En julio de 2006 tuvo que ceder el poder a su hermano más pequeño, Raúl, tras ser sometido a dos operaciones intestinales, de las que diría años después, ya recuperado, habían sido un "calvario", añadiendo que "llegó a sentirse muerto".
Después de dejar el poder, el líder histórico de la Revolución Cubana mantenía una presencia política discreta, pero decisiva por su estatura moral, a través de la columna "Reflexiones".
Más de 400 textos publicó el exmandatario en esa columna, en la que escribía de manera sistemática sobre asuntos internacionales e históricos.
Dedicado a escribir, Castro permanecía lejos de la vista pública y su última aparición se reportó hace unos quince días, cuando recibió en su residencia en La Habana al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.