El diario británico publicó un texto en donde concluye que durante Semana Santa fue atacado el proceso de paz colombiano. Pero aclara que no fue la guerrilla. "Lo hicieron dos de sus ex presidentes", apunta.
“Álvaro Uribe, quien lideró una ofensiva contra las FARC mientras era presidente desde 2002 hasta 2010”. “Y Andrés Pastrana, quien irónicamente llevó un fallido proceso de paz en 1998”. Así describe John Paul Rathbone, el editor para América Latina del Financial Times, a los dos ex presidentes colombianos que, desde su punto de vista, durante Semana Santa atacaron el proceso de paz que adelanta el gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC.
Hasta Londres llegaron los cruces de cartas, trinos y declaraciones que los ex gobernates lanzaron la semana pasada criticando las conversaciones que se adelantan en La Habana. Ofensas consideradas como la más dura ofensiva en contra del actual gobierno por parte de sus antecesores.
“Para los extranjeros, esto puede parecer extraño, él (Juan Manuel Santos) sirvió con distinción en el gobierno de Pastrana tanto como ministro de Finanzas y del de Uribe como ministro de Defensa. De cualquier manera, los ataques han alimentado el pesimismo creciente de que las conversaciones de paz tengan éxito”, dice Rathbone.
¿Qué es lo que está pasado?, se pregunta: se trata de una disputa en las políticas internas del país, responde.
“Uribe se está preparando para presentar candidatos en las elecciones legislativas y presidenciales del próximo año, con una plataforma popular que en gran parte se opone a un trato preferencial para los desmovilizados guerrilleros de las FARC”. Y agrega: “El calendario electoral plantea un problema adicional. El éxito en las conversaciones de paz, prácticamente se aseguraría la reelección de Santos en 2014. Pero si las conversaciones se prolongan hasta las elecciones, podría ser percibido como un fracaso. Para asegurar un acuerdo, por lo tanto, Santos podría hacer concesiones a las Farc, que de otro modo no podría acceder si tuviera más tiempo. Este es el argumento de queja de Pastrana”.
Entonces surgen más preguntas, como la que se dice, está haciendo Uribe: ¿se debe dar inmunidad a los guerrilleros si se logra un acuerdo de paz? “Esta es una problemática de todas las conversaciones de paz, no sólo en Colombia”, responde el periodista. Coincide con Pastrana en que “las consideraciones políticas podrían llevar a Santos a convertirse en un rehén de las conversaciones de paz”. Sin embrago la gran pregunta que se hace es: “¿Qué va a pasar con las conversaciones de paz si Santos no se convierte en presidente para un segundo mandato? Y responde, con contundencia, que “no hay ninguna garantía de que las conversaciones, a medio terminar, continuarían”.
La reflexión menos agraciada, después de analizar el por qué en vez de remar todos para el mismo lado no es lo que se practica en Colombia, y con la que además cerró el texto el periodista inglés, fue: “La guerra es dura, pero, como muestra Colombia, la paz puede ser más difícil todavía”.
La reflexión menos agraciada, después de analizar el por qué en vez de remar todos para el mismo lado no es lo que se practica en Colombia, y con la que además cerró el texto el periodista inglés, tras citar la editorial de El Espectador del pasado domingo titulada Referentes en Guerra, fue: “La guerra es dura, pero, como muestra Colombia, la paz puede ser más difícil todavía”. (Lea el editorial Referentes en guerra)