Los fiscales alegan que Geraldo Alckmin recibió indebidamente US$2,41 millones en fondos de campaña de la constructora brasileña inmersa en escándalos de corrupción, cuando se postulaba para gobernador del estado de Sao Paulo en 2010 y 2014.

Río de Janeiro. Fiscales brasileños acusaron formalmente a Geraldo Alckmin, un candidato presidencial favorable al mercado, de conducta administrativa irregular por supuestamente recibir 10 millones de reales (US$2,40 millones) en financiamiento ilegal de campaña, reportó el miércoles un sitio web de noticias.

Los cargos, que deben ser aceptados por un juez antes de iniciar un juicio, constituyen un revés para la campaña electoral de Alckmin, que ha tenido problemas para ganar terreno entre los votantes brasileños.

Pero es poco probable que la acusación aniquile por completo las ambiciones electorales de Alckmin. Según la ley brasileña, un político sólo puede quedar impedido de participar en comicios si es condenado por un delito y la sentencia consigue resistir los procesos de apelaciones, lo que en este caso no ocurrirá antes de las elecciones del mes próximo.

Según Jota, un sitio web especializado en información judicial y asuntos regulatorios, los fiscales alegan que Alckmin recibió indebidamente 10 millones de reales (US$2,41 millones) en fondos de campaña de Odebrecht SA, un conglomerado de construcción bañado en escándalos, cuando se postulaba para gobernador del estado de Sao Paulo.

Representantes de Alckmin no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios por parte de Reuters, pero anteriormente ha rechazado las denuncias.

Fiscales del estado de Sao Paulo, que está a cargo de la investigación, se negaron a emitir comentarios, pero tienen previsto ofrecer una conferencia de prensa más tarde en el día.

Las acusaciones son reveladas un día después de que Fernando Haddad, quien posiblemente se convertirá en el candidato a la presidencia del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), fue acusado de corrupción por fiscales en Sao Paulo.

Aunque es poco probable que las acusaciones frenen las campañas de algunos de aspirantes a la presidencia, las investigaciones podrían perjudicar su imagen ante los brasileños, ya hartos de los escándalos por sobornos que han remecido al país sudamericano en los últimos años.