Las sedes de Prefectura Naval y Gendarmería Nacional en Buenos Aires estaban ocupadas por miembros de las fuerzas y sus familiares.
Buenos Aires. Miles de policías de frontera y de vías navegables de Argentina rechazaron el pedido del gobierno para que abandonen una protesta por aumento de salarios por la que permanecen acuartelados desde hace tres días.
Las sedes de Prefectura Naval y Gendarmería Nacional en Buenos Aires estaban ocupadas por miembros de las fuerzas y sus familiares. Los líderes de la rebelión entregaron un petitorio a las autoridades, que pidieron tiempo hasta el martes para estudiar el reclamo, según dijeron efectivos acuartelados.
La protesta, la primera de este tipo en la historia reciente del país, puso al gobierno bajo tensión y gatilló el relevamiento de los jefes máximos de ambos cuerpos de seguridad.
Los efectivos de la Prefectura Naval se acuartelaron tras recibir los salarios de septiembre, en los que constataron descuentos de hasta un 70% por la aplicación de una reforma administrativa que eliminó una serie de pagos adicionales.
El gobierno había dado por superado el conflicto luego de dar marcha atrás con la reforma, separar las cúpulas de ambas fuerzas y pagar una compensación por los descuentos que había realizado. Pero los efectivos subieron la apuesta y reclamaron un alza de su salario hasta 7.000 pesos (US$1.489).
Los gendarmes argentinos que se inician en la fuerza que patrulla y vigila las fronteras del país tienen un salario de 600 pesos (US$128), pero con los adicionales cobraban tres o cuatro veces esa suma.
"Sí se puede" gritaron constantemente los gendarmes, en referencia a su derecho a protestar.
Las manifestaciones en reclamo de alzas salariales son usuales en Argentina.
Nada de tintes políticos.
El gobierno quedó en dar una respuesta este martes 9. Los gendarmes esperan.
Los manifestantes piden que no los sancionen.
La protesta llega en un momento político sensible para el gobierno.