Residentes temen que las fuerzas pro-Gaddafi estén preparando un ataque para recuperar el control de Nalut, a unos 60 kilómetros de la frontera tunecina en el oeste de Libia, que está en poder de opositores que buscan poner sacar a Gaddafi del poder.
Trípoli. Fuerzas leales al líder libio Muammar Gaddafi se concentraban este martes en el oeste del país, indicaron residentes, y Estados Unidos dijo que está llevando sus fuerzas aéreas y navales cerca de Libia.
Residentes temen que las fuerzas pro-Gaddafi estén preparando un ataque para recuperar el control de Nalut, a unos 60 kilómetros de la frontera tunecina en el oeste de Libia, que está en poder de opositores que buscan poner sacar a Gaddafi del poder.
Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros discutieron el lunes opciones para abordar la situación en Libia, mientras el líder Muammar Gaddafi se burló de la amenaza que representa para su Gobierno el avance de un levantamiento popular.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice, dijo que Gaddafi está "desconectado de la realidad", está "masacrando a su propio pueblo" y no es apto para liderar.
Rice señaló que Washington estaba en conversaciones con sus socios de la OTAN y otros aliados sobre opciones militares.
Washington también dijo que se había bloqueado el acceso a Gaddafi y su familia de unos 30.000 millones de dólares en activos en Estados Unidos.
El primer ministro británico, David Cameron, indicó que su país trabajaría con aliados para imponer una zona de exclusión aérea en Libia con el objetivo de proteger a su pueblo de ataques militares del Gobierno de Gaddafi.
Gaddafi rechazó los llamados para que renuncie y minimizó la fortaleza de las revueltas contra su mandato de 41 años que terminaron con su control sobre el este de Libia y se acercan hacia la capital del país, Trípoli.
"Todo mi pueblo me ama. Ellos morirían para protegerme", dijo este lunes a la cadena de televisión estadounidense ABC y a la británica BBC.
El líder negó haber usado su fuerza aérea para atacar a los manifestantes pero indicó que los aviones habían bombardeado sitios militares y depósitos de municiones. También indicó gente joven había recibido drogas de Al Qaeda, y entonces había tomado las calles.
Las fuerzas libias tenían órdenes de no dispararles, aseguró.
Relajo y riendo. Gaddafi, de 68 años, se mostró relajado y rió en algunos momentos durante la entrevista.
La embajadora Rice lo calificó como "delirante".
Es difícil para los reporteros moverse en Libia y los reportes de combates eran difíciles de verificar de forma independiente.
Un residente en Nalut, Sami, dijo a Reuters por teléfono: "Ellos han rodeado el área cerca de la frontera tunecina (...) Vinieron con ametralladoras pesadas montadas en vehículos de cuatro ruedas y trajeron decenas de hombres con armas livianas".
"Dijeron que vinieron a cazar a los matones. Pero las personas de Nalut no lo creen. Todos están en alerta por un posible ataque de esas fuerzas para retomar la ciudad".
El lunes, testigos en Misrata, una ciudad ubicada a 200 kilómetros al este de Trípoli, y Zawiyah, un área estratégica de refinación de petróleo 50 kilómetros al oeste, declararon que las fuerzas gubernamentales estaban montando o preparando ataques.
"Un avión fue derribado esta mañana cuando disparaba contra la emisora de radio local. Los manifestantes capturaron a la tripulación", dijo a Reuters por teléfono un testigo en Misrata identificado como Mohamed.
El testigo también indicó que se lleva a cabo una batalla para controlar la base aérea militar. Una fuente del Gobierno libio negó el reporte.
Un residente de Zawiyah, llamado Ibrahim, señaló a Reuters por teléfono que se esperan "ataques en cualquier momento por parte de brigadas pertenecientes (al hijo de Gaddafi) Khamis. Están en las afueras de la ciudad, unos 5 a 7 kilómetros más allá. Hay muchos de ellos".
En la capital, el último bastión de Gaddafi, varias personas murieron y otras resultaron heridas el lunes cuando fuerzas leales al líder abrieron fuego para dispersar una protesta en el vecindario de Tajoura, reportó el diario marroquí Quryna.
Presión internacional. Los gobiernos extranjeros están ejerciendo cada vez más presión para que Gaddafi deje el poder, con la esperanza de poner fin a unos enfrentamientos que dejaron al menos 1.000 muertos y restaurar el orden en un país que contribuye con el 2 por ciento de la producción mundial de petróleo.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuso sanciones a Gaddafi y a otras autoridades libias, un embargo de armas y congeló activos del país.
Gobiernos de la Unión Europea aprobaron el lunes sus sanciones contra Gaddafi en Bruselas, implementando la resolución de la ONU más pronto de lo esperado.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, propuso un esfuerzo de mediación internacional para buscar una solución pacífica al levantamiento contra Gaddafi, su amigo y aliado político.
Las revueltas en las vecinas Túnez y Egipto ayudaron a encender el resentimiento de cuatro décadas contra la usualmente sangrienta represión política de Gaddafi, además de su fracaso en utilizar la riqueza petrolera del país para combatir la pobreza y falta de oportunidades.
Expertos regionales esperan que los rebeldes llegue a tomarse la capital y maten o capturen a Gaddafi, pero agregan que el veterano líder tiene el potencial de fomentar el caos o un guerra civil, prospecto que tanto él como sus hijos han advertido.
Fuerzas de la oposición están en control de instalaciones de petróleo, que en su mayoría están localizadas en el este.