"La gente quiere la ejecución del presidente", gritaba la multitud en la norteña provincia de Idlib, reflejando la profunda antipatía que genera Bashar al-Assad, de 45 años.

Aman. Fuerzas sirias mataron al menos a 20 manifestantes el viernes pese a la promesa del presidente de que la represión contra la disidencia había terminado, dijeron activistas, en un día en que miles marcharon en el país impulsados por el pedido de renuncia contra el mandatario hecho por Estados Unidos y Europa.

La mayor parte de la violencia se desató en la provincia sureña de Dera, donde se inició hace cinco meses el levantamiento contra el presidente Bashar al-Assad y que ha provocado una dura respuesta de las autoridades, que Naciones Unidas ha calificado como posibles crímenes contra la humanidad.

"Chao, Bashar. Nos vemos en La Haya (sede del tribunal internacional)", coreaban los manifestantes en la ciudad central de Homs.

"La gente quiere la ejecución del presidente", gritaba la multitud en la norteña provincia de Idlib, reflejando la profunda antipatía que genera Assad, de 45 años.

La represión de las fuerzas de seguridad dejó un saldo de cinco muertos a tiros, entre ellos dos niños, en la ciudad de Ghabaghab, al sur de Damasco, dijo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio Británico para los Derechos Humanos.

Residentes y activistas de las ciudades de Inkhil e Hirak, en la provincia de Dera, dijeron que otros ocho manifestantes resultaron muertos por el ataque de las fuerzas de seguridad y que otro murió en el barrio Bab Amro, en Homs.

La oración musulmana del mediodía se ha convertido los viernes en una plataforma para realizar grandes reuniones de la oposición en Siria y ha visto algunos de los peores derramamientos de sangre durante los cinco meses de conflicto.

Veinte personas murieron la semana pasada en una protesta desafiante donde la gente cantaba: "Nos arrodillamos sólo ante Dios".

Assad, de la secta alauita, minoría en la nación de mayoría musulmana sunita, dijo esta semana al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que las operaciones militares y de la policía contra los manifestantes habían sido detenidas, pero activistas dicen que las fuerzas de Gobierno siguen disparando contra los opositores.