La votación gallega se ha convertido en un referéndum sobre el rescate bancario, recorte de gastos y subida de impuestos de Rajoy y la probable inevitabilidad de un segundo paquete de ayuda de la eurozona.
Gallegos y vascos acudían este domingo a las urnas para votar en unas elecciones que son consideradas como una prueba de fuego para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el caso de Galicia, y para las aspiraciones independentistas en el caso del País Vasco.
La votación gallega se ha convertido en un referéndum sobre el rescate bancario, recorte de gastos y subida de impuestos de Rajoy y la probable inevitabilidad de un segundo paquete de ayuda de la eurozona.
Según las encuestas, el Partido Popular se arriesga a perder su mayoría absoluta y también el poder. Esto sería un importante revés psicológico para Rajoy, ya que PP ha gobernado en Galicia durante 24 de los últimos 31 años.
Sin embargo, el candidato popular en Galicia y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, trató este domingo de restar importancia a estas consideraciones y aseguró que "hoy es el día de pensar en clave autonómica".
"Hoy no se decide el futuro del Gobierno central que tiene tres años y medio de trabajo por delante (...) Galicia es hoy dueña de su destino y decide cómo quiere pasar los próximos cuatro años", dijo Núñez Feijóo cuando acudió a votar a un colegio de Vigo.
La participación en estos comicios a las 12 del mediodía se situaba en 12,74%, según datos de la Xunta, un descenso respecto a la de 2009, cuando se registró 16,10% de participación a la misma hora.
Una victoria en su Galicia natal daría a Rajoy un respiro político muy necesitado a nivel nacional, ya que las encuestas han mostrado que pierde apoyos entre manifestaciones masivas contra el recorte de gastos en los servicios públicos.
Fuentes europeas y analistas han dicho que Rajoy quería esperar hasta después de las elecciones para hacer una petición de ayuda ya que temía que tuviera aparejadas condiciones más duras, como una reforma del sistema de pensiones, que podrían enfadar a los votantes.
Las dudas entre el sector de los conservadores podrían provocar una abstención más alta de lo habitual o un ascenso de partidos como el Bloque Nacionalista Galego (BNG) u otras formaciones más pequeñas, lo que podría terminar en una coalición que obligaría al PP a salir del poder.
Una encuesta en el diario La Voz de Galicia dio 39 escaños al PP, frente los 21 del Partido Socialista, aunque otros sondeos previos dejaban al PP con menos de los 38 escaños necesarios para la mayoría absoluta.
"Necesitamos cambiar", dijo Goretti González, funcionaria en un ayuntamiento, que verá como su sueldo mensual se reduce de nuevo este año tras sufrir recortes de 5% hace dos años.
País Vasco vota en ausencia de violencia. En el País Vasco, los votantes acudían a las urnas para elegir a su próximo gobierno autonómico por primera vez sin la amenaza de ETA, pero la ausencia de violencia ha pasado a un segundo plano mientras los candidatos se han centrado durante la campaña en la crisis económica y las aspiraciones independentistas.
Las encuestas dan por hecho que el candidato del PNV, Iñigo Urkullu, será el próximo lehendakari, aunque también existe la certeza de que ningún partido conseguirá la mayoría absoluta en un Parlamento vasco que dispone de 75 escaños.
Todas las encuestas prevén además que la izquierda 'abertzale', ausente en los anteriores comicios por sus vínculos con ETA, irrumpa en el Parlamento vasco como la segunda fuerza más votada, desplazando a los socialistas, actualmente en el gobierno.
La convocatoria electoral debería haberse celebrado en primavera, pero el lehendakari, el socialista Patxi López, adelantó los comicios en agosto tras varios meses de especulaciones y después de que el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, anunciara en mayo la ruptura del pacto que sostenía a los socialistas en el gobierno vasco.
En Bilbao, unas seis personas que portaban carteles a favor de los presos de ETA increparon al lehendakari cuando acudió a depositar su voto.
"El gran objetivo de este país tiene que ser desterrar estos focos de intolerancia, de odio, de rechazo al diferente para extender no sólo pedagogía democrática, sino valores éticos y morales que nos hagan entender que en Euskadi todos somos vascos por igual y que este país lo hacemos entre todos y no unos contra otros", dijo López, que se convirtió en el primer lehendakari socialista en 2009.
En el primer avance de participación ofrecido al mediodía, 14,77% de los ciudadanos con derecho a voto había acudido a las urnas, lo que también supuso una bajada respecto a las elecciones de 2009, cuando a la misma hora habían votado ya 17,14% de los electores.
Se trata de las primeras elecciones que se celebran en Euskadi en ausencia de violencia de ETA, aunque ya hubo otra ocasión, en 1998, en la que la banda armada no estuvo presente coincidiendo con una declaración de tregua unilateral e indefinida que se prolongó durante 14 meses.
Esta normalidad ha permitido que la campaña transcurra sin sobresaltos, algo poco habitual en otros comicios en los que ETA irrumpía con un atentado trastocando los mensajes y obligando a los candidatos a suspender sus mítines para acudir a los hospitales o a las iglesias.