Mientras que los bajos niveles de acceso a internet en el país limitan su alcance nacional y no son totalmente libres para expresar lo que piensan, las publicaciones en línea están abriendo un abanico de voces y marcando un debate sobre el papel de la prensa local.
La Habana. Un grupo de canales de prensa independientes en Cuba que publican noticias en sitios de internet está irrumpiendo en el monopolio de los medios estatales de comunicación que ha durado medio siglo en la isla de Gobierno comunista, desafiando la versión oficial de la realidad.
Mientras que los bajos niveles de acceso a internet en el país limitan su alcance nacional y no son totalmente libres para expresar lo que piensan, las publicaciones en línea están abriendo un abanico de voces y marcando un debate sobre el papel de la prensa local.
"La prensa estatal habla de cosas que no les importa a nadie, te oculta la realidad", dijo Abraham Jiménez, de 27 años, quien co-lanzó en marzo, junto a un grupo de amigos, la revista de internet El Estornudo.
"El Estornudo es como una reacción a este contexto, queremos decir la verdad", apuntó.
Si bien la Constitución cubana prohíbe la propiedad privada de los medios de comunicación y no hay máquinas para la impresión de periódicos independientes, los sitios de internet hasta el momento han sido tolerados por el Estado siempre y cuando no sean "contrarrevolucionarios", un término usado generalmente contra quienes se expresan contra al Gobierno.
El presidente Raúl Castro sigue impidiendo el acceso a internet a los medios de comunicación disidentes, como el de la bloguera más famosa del país, Yoani Sánchez, así como otros sitios que se oponen al Gobierno y que tienen sede en Miami.
Los nuevos sitios, principalmente manejados por la generación del Milenio, se han distanciado de los grupos disidentes.
A pesar de que con frecuencia son muy críticos con la política de La Habana y describen las dificultades cotidianas, se apartan también de los llamados para hacer terminar el proyecto socialista de Cuba.
La nueva apertura ocurre en medio de un programa más amplio de reformas emprendido por Raúl Castro, quien ha permitido a los cubanos comprar teléfonos móviles y ordenadores portátiles, la instalación de 200 puntos de acceso Wi Fi en el país e incluso fomentar un pequeño sector privado.
"En la Cuba que crecí ese debate nunca hubiera existido", dijo Hugo Cancio, fundador de OnCuba, una plataforma multimedia con sede en La Habana.
El diario oficial Granma ha publicado una serie de artículos cada vez más fuertes, en los que insta a la restricción sobre los nuevos competidores que han atraído a distancia a algunos de sus periodistas, ofreciendo salarios más altos y mayor libertad.
Los críticos sostienen que los nuevos medios de comunicación son financiados por el Gobierno de Estados Unidos, como los opositores Radio y TV Martí, con sede en Miami, que tratan de debilitar al Gobierno cubano.
"Las instituciones cubanas tienen el derecho legítimo de adoptar medidas correspondientes ante una práctica periodística tendenciosa (...)", publicó el miércoles en Granma, Iroel Sánchez, en una columna que tituló "Los verdaderos alternativos somos nosotros".
Los nuevos medios, como el resto de los empresarios de Cuba, ya enfrentan retos complejos. Por un lado, la mayoría no puede obtener la acreditación gubernamental como periodistas. La financiación y la logística también son difíciles.
Personas cono conocimiento de las operaciones de OnCuba, que al describirse como un medio de comunicación extranjero se convirtió en el único de los nuevos sitios de noticias que obtuvo la acreditación oficial, dicen que recientemente suavizó su línea editorial a fin de conservar su permiso.
Cuba sigue siendo uno de los países con menor conectividad en el mundo. Se estima que menos del 5 por ciento de los hogares tienen internet y el acceso a puntos Wi Fi en la ciudad es de dos dólares la hora, un precio considerable en una nación donde el salario estatal promedio equivale a 25 dólares mensuales.
"Solíamos salir de la oficina, ir a un parque para conectarnos y luego regresar", dijo Robin Pedraja, de 29 años, y editor de Vistar, una revista digital enfocada en la cultura juvenil poco antes de una sesión de fotos con una cantante cubana en su oficina.
"Ahora tenemos un sistema que toma la señal en un parque cercano y trabajamos en la oficina, aunque todavía estamos pagando. Es un poco caro, pero es mejor que lo que hacíamos antes", explicó.
Armas de comunicación. La aparición de sitios alternativos ha alimentado un debate entre reformistas y conservadores en el corazón del sistema socialista de Cuba en medio del cambio económico y social necesario para la supervivencia del sistema.
El propio Castro arremetió contra los medios estatales de hace cinco años, al quejarse de que con frecuencia eran "aburridos, improvisados y superficiales".
Los nuevos sitios están encontrando maneras de llegar a un público sin internet. Cada edición de Vistar, por ejemplo, sale con un archivo PDF en El Paquete, una recopilación de historias que son distribuidas en memorias USB en todo el país.
"No va a ser como el muro de Berlín que cayó de una vez y drásticamente cambió las percepciones", dijo Michaelanne Dye, un investigador co-autor de un estudio sobre el uso de internet en Cuba.
"Más bien, aumentando lentamente el acceso a internet, los nuevos medios no oficiales y la apertura económica son piezas de una pared que sufre modificaciones paulatinas poco a poco", añadió.