El escrutinio confirma el esquivo apoyo popular que arrastra desde el 2011 el gobierno de Sebastián Piñera, socavado por una ola de manifestaciones en demanda de una educación gratuita que han opacado un sólido manejo de la economía.
Santiago. Chile inició su carrera a las presidenciales del 2013 con un duro revés para el oficialismo en los comicios municipales, lo que forzaría al gobierno de derecha a renovar el gabinete en un intento por detener una arremetida opositora que podría encabezar la popular ex mandataria Michelle Bachelet.
En su primer examen electoral, el presidente Sebastián Piñera y su movimiento fue derrotado en importantes alcaldías como Santiago y Concepción, la segunda mayor ciudad del país, mientras que en otras mantuvo el liderazgo con dificultades.
"Desde un punto de vista político, la derecha queda mal, la (opositora) Concertación queda bastante mejor (...) Esta es una estrepitosa derrota para el gobierno de Piñera. La derecha había llegado al poder después de 50 años y no resistió la primera elección", dijo Marta Lagos, jefa de la consultora MORI.
El pacto oficialista obtuvo un 37,47% de la votación en la elección de alcaldes, mientras que la oposición de centro-izquierda, aglutinada en el desgastado pacto "Concertación", consiguió alrededor de un 43,1% de los sufragios.
"Esta votación es clave porque te permite calcular cuál sería el mínimo de votación que tendría determinado bloque o candidato presidencial, es decir, de qué piso están partiendo y cuánto tienen que trabajar", dijo Guillermo Holzmann, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Valparaíso.
El resultado es un retroceso para el oficialismo frente a los comicios de alcaldías y concejales del 2008, cuando el entonces bloque opositor de derecha logró un categórico triunfo que culminó con la victoria de Piñera un año después.
El escrutinio confirma el esquivo apoyo popular que arrastra desde el 2011 el gobierno de Piñera, socavado por una ola de manifestaciones en demanda de una educación gratuita que han opacado un sólido manejo de la economía en el principal país productor de cobre del mundo.
Ahora, Piñera podría acelerar la salida de su gabinate de posibles candidatos presidenciables, especialmente del ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, y su par de Defensa, Andrés Allamand.
Piñera, que llevó a la derecha al poder en Chile tras 20 años de gestiones de centroizquierda pero no puede buscar una reelección, baraja dejar en libertad de acción a los ministros con aspiraciones parlamentarias, algo que por ley debe quedar zanjado a más tardar el 16 de noviembre.
"La duda está en si el presidente hará sólo un cambio para que salgan sus ministros que serán candidatos al Congreso o si el cambio también incluirá a los dos candidatos que quieren disputar las presidenciales y hoy son ministros", dijo Patricio Navia, analista de la Universidad de Nueva York.
Una salida anticipada de Golborne -un ingeniero y ex brazo derecho del dueño del gigante minorista Cencosud- o de Allamand -un experimentado político y ex senador- les permitiría desplegar sus campañas y mejorar su percepción, alejados de un Gobierno y unos comicios municipales para olvidar.