"No hay una sola cosa que tenga asidero" en la acusación de Nisman, dijo este miércoles a periodistas el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
Buenos Aires. El gobierno argentino dijo este miércoles que el fiscal que apareció muerto el domingo tras acusar a la presidenta Cristina Fernández de encubrir a los autores de un atentado antisemita, había sido engañado por un ex agente de inteligencia para que preparara su denuncia.
El fiscal Alberto Nisman fue hallado con un tiro en la sien en su departamento, en un crimen que aún no fue aclarado pero que investigadores sospechan pudo haber sido un suicidio, un día antes de presentar a diputados su denuncia y supuestas pruebas contra la presidenta y el canciller argentino, Héctor Timerman.
"No hay una sola cosa que tenga asidero" en la acusación de Nisman, dijo este miércoles a periodistas el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
La larga denuncia -en la que el fiscal había trabajado durante meses, según una fuente de la fiscalía de Nisman- fue publicada el martes por la justicia argentina a través del Centro de Información Judicial (www.cij.gov.ar).
De acuerdo con el secretario Fernández, el ex agente Antonio Stiusso, despedido en una reciente reestructuración de la agencia de inteligencia y que trataba cotidianamente con Nisman, le dio información equivocada al funcionario judicial para que elaborara su acusación contra el gobierno.
"Stiusso fue el que le vendió (a Nisman), entre comillas, esta relación que no existió nunca", dijo Fernández, negando que dos personas involucradas en la denuncia tuvieran relación con la Secretaría de Inteligencia, como afirmó el fiscal en su denuncia para sostener el argumento que lleva hacia la presidenta.
El fallecido fiscal, que tenía 51 años, estaba convencido que el gobierno había acordado con Irán el encubrimiento de ciudadanos de ese país acusados por el atentado contra la mutual judía AMIA en 1994, que dejó 85 muertos en Buenos Aires.
El gobierno cree que la denuncia de Nisman fue impulsada por agentes desplazados de servicios de inteligencia, que también podrían haber estado implicados en su muerte. Algunos funcionarios sugirieron que podría tratarse de un suicidio instigado.
La fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, ha dicho que hasta el momento no descarta ninguna hipótesis, mientras continúan los peritajes para conocer la causa de la muerte de Nisman.
Muchos puntos oscuros. El caso conmocionó a la sociedad argentina, que mayormente no cree que se haya tratado de un simple suicidio, y también a toda la dirigencia política, que se ha lanzado acusaciones cruzadas de cara a las elecciones presidenciales de octubre.
Cientos de personas se congregaron el miércoles por la tarde frente a la sede de la mutual AMIA en la capital para rendir homenaje al fiscal fallecido y pedir que se esclarezca el caso.
"Una vez más, la muerte. Una vez más, el sentimiento de impotencia. Una vez más, una familia destrozada: dos hijas que se quedan sin padre, una madre que llorará por siempre a su hijo", dijo el presidente de la mutual, Leonardo Jmelnitzky, durante el acto, asegurando que el esclarecimiento del fatal desenlace del fiscal es de "máxima prioridad" para la sociedad.
Hay muchas dudas sobre la muerte del funcionario judicial.
En los primeros peritajes no se halló pólvora en la mano de Nisman, por lo que hasta ahora no se pudo confirmar el suicidio.
Aunque las autoridades habían asegurado inicialmente que la puerta de servicio estaba cerrada con llave por dentro la noche del suceso, el cerrajero que forzó la puerta dijo que no estaba trabada. El acceso principal al departamento del fiscal tiene una cerradura electrónica con un código de seguridad.
En las últimas horas se reveló la existencia de una tercera entrada al departamento: un pasadizo donde están los equipos de aire acondicionado que comunica con la propiedad lindera.
Un empleado que trabajó durante años en la fiscalía de Nisman y pidió que no se revele su nombre dijo a Reuters que entre los miembros del equipo del fiscal fallecido "nadie cree en la hipótesis del suicidio" y que sus colaboradores consideran que "pudo haber sido un suicidio inducido".
"Era un tipo muy convencido de sus ideas y dispuesto a llevarlas a fondo. Era muy determinado. Ha tenido amenazas a lo largo de su carrera y nunca se amilanó (acobardó)", señaló.
Los investigadores determinaron que el arma calibre 22 hallada el domingo junto al cuerpo de Nisman no era de él y que le fue llevada el día anterior por un hombre que supuestamente trabajaba en la fiscalía.
Pero el miembro del equipo del fiscal aseguró no haber visto nunca a esa persona, aunque dijo que su nombre figuraba en la nómina del equipo de Nisman.
El empleado dijo que el fiscal estuvo trabajando durante meses en la denuncia, contradiciendo la sospecha de algunos funcionarios del gobierno de que la acusación había sido improvisada y hasta elaborada por un tercero.