"No fue ni un paro general ni tampoco un paro nacional. El sistema productivo funcionó normalmente. El 75% de los gremios no adhirió a las medidas de fuerza", dijo este viernes el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich.

Buenos Aires. El gobierno de Argentina insistió este viernes en que la mayoría de los sindicatos no se adhirió a la huelga de 36 horas que este miércoles y jueves realizaron centrales obreras opositoras, y negó que haya destrucción de empleo.

"No fue ni un paro general ni tampoco un paro nacional. El sistema productivo funcionó normalmente. El 75% de los gremios no adhirió a las medidas de fuerza", dijo en rueda de prensa el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich.

El ministro reiteró que no habrá modificaciones al impuesto que grava los salarios, uno de los reclamos de los sindicatos opositores que convocaron a la huelga.

Las centrales opositoras, que este jueves aseguraron que la huelga fue seguida por el 85% de los convocados, advirtieron de que profundizarán su plan de lucha si el gobierno no escucha sus demandas y no hace algo para frenar la inflación que "carcome" los ingresos de los trabajadores.

Sobre este punto, Capitanich aseguró que la inflación exhibe una "tendencia decreciente" desde que se inició este año.

"Nadie defiende más a los trabajadores que este gobierno", afirmó el jefe de Gabinete.

Por otra parte, negó que en lo que va del año se hayan perdido 400.000 empleos, tal como informaron algunos medios locales, y sostuvo que la tasa de empleo creció del 53,9% en el primer trimestre al 54,3% en el segundo trimestre.

"No hay ningún tipo de interpretación respecto a la tasa de empleo que haga calcular la pérdida de 400.000 empleos. Es una afirmación falsa, capciosa, alevosa, sin ningún tipo de consistencia técnica, afecta la credibilidad de los medios de comunicación", sostuvo Capitanich.